Jueves 28 de mayo

5 1 0
                                    

Me frustra que la gente diga: los escolares la tienen fácil. Por favor, como si nunca hubiesen sido adolescentes. Nosotros no la tenemos fácil: tenemos que estar ocho horas poniendo atención a variados temas que no tienen nada que ver entre si, aguantar las rabietas de los profesores que no tuvieron sexo la noche anterior, usar nuestro preciado tiempo en la casa estudiando y/o haciendo algún trabajo, aguantar la presión que la sociedad estudiantil hace en ti, comportarte bien, aguantar tus depresiones que "comparadas con las de los adultos" son mucho menores. Pero, a la edad en la que estoy, se ejerce la peor presión que le pueden hacer a alguien, que es la típica pregunta ¿Qué vas a estudiar en la universidad? Y pobre de ti respondes que no tengo idea, porque la presión será el doble, la sentirás en tu espalda como el filo de un cuchillo dibujando tus curvas, como una astilla en el dedo gordo del pie derecho.
Yo tengo la presión de no defraudar a mis familiares. Pero no le encuentro sentido al colegio. Pienso que es una pérdida de tiempo. Entonces ¿qué es todo esto?
A veces pienso que en el colegio estoy siendo condicionada para salir y serle útil a alguien, y ese alguien es lo más poderoso que hay en el mundo. En otras palabras me siento como una prostituta siendo entrenada por un cafiche para ser usada por un jefe de la mafia.

Amores pasajeros de calleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora