PECADOR YOONMIN +18 [Traducción]

ꕥ15

Park Jimin nunca imaginó que estaría en esta situación.

Con esta situación, se refiere a que nunca imaginó que estaría sentado sobre el regazo de Yoongi, ambos saboreando sus lenguas con los labios unidos, en una completa sesión de besos que parecía haber durado 20 minutos.

Jimin recuerda que hace unos minutos no tenían nada más que una simple amistad, y ahora se encontraba con sus manos entre los rubios cabellos de Yoongi, mordiendo sus labios mientras se besaban, tratando de demostrar al menos un poco de experiencia en este tipo de cosas.

Yoongi lo mordió de vuelta, con la misma agresividad, saboreando la manera en la que el abultado labio inferior de Jimin se sentía entre sus dientes.

"Sabes-" Yoongi detuvo el beso un momento, sólo para llevar su lengua al oído del menor, explorándola con un pequeño mordisco que hizo jadear a Jimin. "tan bien."

Jimin jadeó mientras Yoongi bajaba con su lengua lamiendo su mandíbula y volviendo a sus labios, para darle más besos. Yoongi introdujo la lengua en la boca del menor mientras sus labios hacían inmediato contacto, queriendo probar el interior de la boca de Jimin una vez más.

Jimin había estado masticando goma de mascar sabor menta, causando que su boca tuviera un sabor fresco. Eso a Yoongi le encantaba, mientras tomaba al menor de las caderas para estabilizarlo, el mayor lo saboreaba como un animal saboreaba a su presa.

"Tan-" Yoongi se apartó un momento. "Tan jodidamente dulce."

Entonces, escucharon una voz que los llamaba desde el primer piso.

"Yoongi, les preparé unas botanas." La madre de Yoongi los llamó, y el mayor podía escuchar pasos acercándose a la puerta de su habitación. Entonces recordó que no le había colocado seguro a la puerta, y así fue que el pánico se
hizo presente.

"Oh mierda, Jimin, levántate, ¡ella viene!" Yoongi susurró-gritó mientras se separaban del beso a paso rápido, causando que Jimin jadeara pero se sentara de nuevo rápidamente sobre su lado de la banca, mirando de frente al
piano.

Yoongi se arregló la ropa, y comenzó a tocar 'El puente de Londres', cuando casi terminaba de tocar la canción infantil, su madre entró en la habitación.

"Esta canción es muy fácil, creo que serás capaz de aprendértela muy rápido." Yoongi fingió que habían estado tocando canciones infantiles durante todo el tiempo.

Un muy confundido Jimin, entendió la situación unos segundos después de que el mayor hablara y asintió con la cabeza. "Claro, eso espero, hyung."

La madre de Yoongi colocó la más grande y falsa sonrisa sobre su rostro mientras ponía el plato de nuggets de pollo y el bote de ketchup en una mesita a lado del piano.

"Parece ser que has estado haciendo que el chico trabaje de más." La madre de Yoongi dijo mientras examinaba el rostro de Jimin. "Está rojo como un tomate. Probablemente hiciste que se avergonzara porque no está acostumbrado a este tipo de cosas."

Yoongi miró a Jimin y notó lo roja que estaba su cara por la vergüenza o tal vez por la sesión de besos y caricias en general. Probablemente por las dos cosas.

Yoongi se rió mientras le respondía a su madre. "Para alguien inexperto como él, creo que es muy bueno en esto." Yoongi, por supuesto, se refería a los besos que habían ocurrido anteriormente, pero la madre de Yoongi entendió que se refería a Jimin tocando el piano.

"Bueno, tomen un descanso y coman. Los veo más tarde, chicos." La madre de Yoongi se despidió con la mano mientras salía de la habitación, causando que
Yoongi dejara caer sus hombros y suspirara sonoramente.

"Eso estuvo muy cerca, carajo." Yoongi se rió, mirando al sonrojado Park Jimin, quien miraba a cualquier cosa con tal de evitar mirar a Yoongi.

"Hey, ¿estás bien?" El mayor preguntó, sonriéndole ampliamente a Jimin.

"S-sí, estoy bien." Jimin tartamudeó, aún muy avergonzado por toda aquella situación. "Creo que debería irme a casa, hyung."

Yoongi frunció el ceño. No quería que Jimin se fuera tan pronto, pero probablemente era lo mejor, sabiendo cómo eran los padres de ambos.

"Bueno, umm, entonces, ¿nos vemos este domingo?" Yoongi preguntó, sabiendo que hoy era viernes y él vería al menor muy pronto en la iglesia.

Jimin se puso de pie y tomó sus cosas, caminando hacia la puerta. Se despidió del menor agitando la mano y sonrió. El rubor aún se extendía por sus mejillas

"Te veo el domingo, Yoongi."

Yoongi se recostó sobre su colchón, suspirando a gran voz. Habían pasado 3 horas desde que Jimin se había ido de su casa después de su pequeño encuentro y muchos pensamientos pasaban por la mente del mayor desde el
momento en que Jimin salió de su casa.

Pensamientos de felicidad; el sentimiento de que alguien que te gusta te bese es sensacional, y Yoongi nunca pensó que Jimin sería alguien a quien siquiera consideraría como una posibilidad. El hecho de que para él era tan fácil conectar con el menor y que Jimin pudiera expresarle todos los sentimientos que estaba comenzando a experimentar de su propia boca, era increíble para
Yoongi.

Aún así, no todo era bueno, Yoongi también estaba aterrorizado.

El mismo veneno que había arruinado la relación con sus padres ahora amenazaba con hacerle lo mismo al chico del que estaba flechado.

Yoongi estaba esperando con todas sus fuerzas que Jimin no cometiera el mismo error que él hizo y que no fuera a casa a contarle a sus padres sobre cómo se siente realmente.

Yoongi sabía que era egoísta que no quisiera que el menor fuera abierto sobre el tema, pero el miedo interno de que Jimin sufriera de la forma que él sufre pesaba en su mente mientras observaba el abanico del techo girar y girar por
horas.

Eventualmente, su mente estaba tan ansiosa que decidió enviarle un mensaje
al menor.

                                                                       Park Jimin
"Hey, Jiminie, ¿estás bien? Ya sabes, por lo que pasó hace rato."

"Tal vez estoy un poquito avergonzado, pero te  aseguro que me gustó tanto como a ti."

"Me tomó un tiempo aceptar esta parte de mí, pero no puedo seguirlo negando."

Yoongi sonrió. No sabía qué diablos era la relación que tenía con el menor en estos momentos, pero estaba demasiado ansioso por mantener lo que sea que tuvieran, de manera permanente.

                                              "Te veo el domingo, niño cristiano."

                                                "Por cierto, besas increíble, bebé."