Cita

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✨️Aclaraciones:

Este es la continuacion de "Pedir una cita"

Au: no hay ninja ni hechicero, solo adolescentes siendo adolescentes enamorados.

Disfruten.

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Randy no era un chico ejemplar, sacaba notas bajas y se la pasaba payaseando con su mejor amigo, podía pasar horas jugando sin moverse mientras se atiborraba de comida chatarra. No creía que alguien lo considerada atractivo. Así que cuando el lunes Nomi se le acerco en la biblioteca y le pidió una cita pensó que se encontraba soñando. Estuvo en las nubes por todo el resto de la semana pensando en su cita.

Al fin el sábado llego y el cuarto de Randy se encontraba en un caos, aún peor que otras veces. Toda su ropa se encontraba por el suelo mientras buscaba algo decente para su cita.

-¿Qué tal esto?-era la quinta vez que se cambiaba, se giro hacia su amigo.

-se te ve bien-no se encontraba interesado y solo se la pasaba jugando en su celular.

Se cruzo de brazos-no ayudas en nada-se volvió a girar al montón de ropa y saco otra camisa.

Howard no dijo nada.

Pasaron así dos horas más hasta que al final Randy se rindió y tomo solo una camisa que su madre le compro hace mucho y su fiel sudadera.

-bien me voy, suerte en tu cita-se despidió Howard.

-sí, gracias por nada-lo miro irse.

Aún faltaba media hora para que Nomi viniera por él, sus nervios hacían estragos en su estómago. No era su primera cita. En noveno invito a Teresa, pero había sido un fracaso y ambos considerado ser solo amigos.

En ese momento le llego un mensaje de ella.

En ese momento le llego un mensaje de ella

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Sonrió con el último mensaje. Haber hablado con ella ayudo a bajar la pesadez en su estómago. Bajo a la sala para esperar y que no fuera su madre la que atendiera cuando Nomi llegara, no deseaba ser avergonzado en su primera cita.

Después de un rato escucho que un suave golpeteo en la puerta. Se levanto rápido casi cayéndose. Antes de abrir la puerta se sacudió y se mentalizo por lo que vendría.

-bien-murmuro para sí mismo. Abrió la puerta aun nervioso.

-hola, ¿listo?-

-s-si-ríe

Frente a él se encontraba Nomi bien vestido y demasiado guapo; una camisa blanca abotonada y unos pantalones negro que le quedaban bastante bien. A este punto se sentía mal vestido

-te miras bien-le dedico una sonrisa cálida. Esas simple palabras le dieron algo de seguridad

-gracias, deja tomo mis llaves-tomo las llaves del recibidor.

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