El piso de abajo

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En medio de la noche sentí como Hyun-su se volvía a sentar a mi lado y dormía. Por la mañana Ji-soo y Jae-heon nos avisaron de que bajaran. Du-sik les dio comida y una puerta que podrían usar como escudo.

-Gracias por la comida y por esto. Que Dios le bendiga. Tiene el cielo ganado.- Le dijo Jae-heon con mucha sinceridad.

-Soy budista.- Me reí un poco en bajo y se giraron a mirarme. Hyun-su sonrió un poco.

-Ah.

-Volveremos a por vosotros si en el piso de abajo estamos seguros.- Unas horas antes habían anunciado por megafonía, que el piso de abajo era seguro.

-No hagas promesas que no puedes cumplir. Creo que deberíamos despedirnos por ahora.-Y sacudió su mano para decir adiós.

-Ehm... Alguien dijo que la oscuridad más profunda desaparece con la luz más tenue.

-¿Y quien dijo eso sigue con vida?

-No lo sé...

-¿Puedo...- Hyun-su agarró su arma y se dirigió a la puerta.- ¿Puedo ir con vosotros?

-Supongo que tres mejor que dos, ¿verdad?

-Claro.- Respondió Jae-heon.

-Espera... yo también iré.- Dije.

-No. Tu te quedas.- Dijo Hyun-su cortante sin mirarme.

-Pues claro que no, iré. Yo puedo decidir por mi misma.- Por fin me miró y frunció un poco el ceño.- Además hacemos un buen equipo, ¿verdad?.- Le susurre.

-Bueno. Marchaos.- Du-sik ordenó.- Todos. Venga.

-Hyun-su, Nathalie, ¿volveréis verdad?.- Pregunto a Yeong-su.

-Claro.

-Muchas gracias por salvarnos.

-Venga, vámonos. Dijo Jae-heon.- Gracias.- Hice una reverencia y Hyun-su cerró la puerta detrás de mí.

[...]

-¿Es seguro bajar así? ¿No deberíamos coger algo más útil?.- Preguntó Jae-heon, que iba delante de todos nosotros.

-Hay que apañarse con lo que tenemos.- Le contestó Ji-soo

-Joder...- Dije en voz alta.

-Es una persona.

-Menos mal que es un cadáver.

-Claro, menos mal. Me recuerda las posibilidades que tengo de vivir.- La chica se agachó para tocar al muerto.

-Sigue caliente. No lleva mucho así.

-Que lastima.- Ji-soo buscó en los bolsillos del difunto y sacó una chocolatina. Hyun-su la miró muy impactada y ella se la lanzó.

-Devuélveselo si no lo quieres.

-Eres cruel.- Le dijo el chico.

-Y que si lo soy. Haré lo que haga falta para poder sobrevivir.

-Dámela.- Le arranque la barra de chocolate de las manos a mi compañero y la guarde en mi mochila.

-Ya eres cómplice.- Ji-soo me miró

-Yo no lo he matado. Mis manos no están llenas de su sangre.

-Vamos.

Antes de que pudiéramos andar mucho, una criatura pasó muy rápido y aventó a Hyun-su escaleras abajo. Grité muy asustada.

-¡HYUN-SU!.- Desde el piso más bajo se escuchó un grito agudo, de mujer.- No... no puedes morir ahora.- Corrí escaleras abajo mientras lo miraba. Un charco de sangre le rodeó la cabeza.

Bury a friend | Sweet HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora