mi lado más reflexivo

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Yo también estoy rota. Pienso mucho antes de dormir. Habito por largas temporadas espacios liminales. Tengo muchos más miedos de los que estoy dispuesta a admitir. Me duelen las rodillas, los pies, la espalda. Sobre todo me duele la espalda. - Uno siempre cambia al amor de su vida by Amalia Andrade

es muy triste pedir ayuda a gritos por cosas como esas y que no sean valoradas o tomadas en cuenta, que quede como un simple intento de llamar la atención o una broma que todo el mundo hace, que quede en un segundo plano. Duele darse cuenta de que tal vez no le importas a nadie lo suficiente como para que en verdad se tome la molestia de intentar oír tus gritos internos, de ayudarte en tus intentos desesperados por salir de una situación que lamentablemente está normalizada por la sociedad

Lamentos desesperados de un alma herida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora