seis

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— ¡Papá! — Katie chilló mientras corría hacia la casa, Emily detrás de ella. Harry sonrió y la levantó besándole la frente.

— ¿Te divertiste con papi? — preguntó el rizado mientras jugaba con el cabello de Emily con su mano libre.

— ¡Sí! ¡Nos compró helado! — exclamó Katie.

Louis entró con las mochilas de las chicas un momento después, sonriendo ampliamente.

— Hola, Harry. — saludó, dejando las mochilas junto a la puerta. Harry asintió con su cabeza en forma de saludo, dejando a Katie en el suelo. Las dos chicas inmediatamente agarraron sus mochilas y corrieron a hacer su tarea, tal como Harry les había enseñado a hacer. — Me gustaría...— continuó aclarando su garganta y se inclinó en la puerta, mirando sus zapatillas Adidas. — Me gustaría disculparme por todo lo que ha pasado durante los últimos ocho años. Me arrepiento de todo lo que he hecho y estoy tratando de mejorar y cambiar mi actitud.

Harry asintió cruzándose de brazos y bajando la mirada a sus pies enfundados en calcetines. — Gracias. — murmuró. 

Louis frunció el ceño.

— ¿Me perdonas? — preguntó. Harry exhaló en un intento por calmarse.

No. — decidió Harry poniendo sus manos en sus caderas y mirando a Louis directamente en los ojos. — No, no te perdono. No te perdono por las veces que me dejaste con una pequeña bebé llorona y otra gritando mientras tú salías a beber, no te perdono por todas las veces que me insultaste y dijiste palabrotas frente a nuestras hijas, no te perdono por las veces que decidiste que tu novia era más importante que tus niñas, y no te perdono por dejarme cuando tú...— la voz del rizado se quebró, miró hacia abajo tratando de contener las lágrimas y respiró hondo, un escalofrío recorrió su espalda. — Cuando prometiste que te quedarías.

El rostro de Louis se suavizó. — Yo...— comenzó, pero Harry lo detuvo.

— Lo siento si no fui suficiente para ti, y lo siento si te aburriste de mí, o lo que sea. — Ahora las lagrimas de Harry corrían libres sobre sus mejillas. Dejó escapar un hipido antes de limpiarse los ojos con fuerza. — ¡Pero podrías haberte quedado por nuestras hijas! Ahora escucho constantemente la pregunta, ¿Vamos a ver a papi hoy? ¡Y yo no tengo el corazón para decirles que a veces "papi" está demasiado ocupado para nosotros!

Louis se mordió el labio, sin dejar de mirar hacia sus zapatillas. — Nunca estoy demasiado ocupado para ti...— dijo con la voz vacilante. — Sabes que si me llamas y dices que me necesitas, estaría allí en un santiamén.

— ¡Ni siquiera puedes ir a un maldito juego de fútbol! — exclamó Harry dejando escapar un sollozo mientras escondía su rostro entre sus manos. — No sé que hice para merecer esto, de verdad no lo sé.

El ojiazul dio un paso adelante, y puso su mano sobre el hombro de Harry. — No te mereces esto. — dijo con voz temblorosa. Harry solo trajo a Louis a sus brazos necesitando cualquier forma de seguridad en ese momento.

— Lo siento tanto, Harry. — susurró Louis abrazándolo con fuerza. — Lo siento muchísimo.

— Lo sé. — susurró el menor, sollozando mientras el castaño trataba de apretarlo aún más junto a él.

— Voy a intentarlo, ¿de acuerdo? — dijo Louis. — Los dos vamos a intentarlo y las cosas van a mejorar, para nosotros, y en especial, para las niñas.

(...)

— Louis necesito decirte algo. — comentó Harry con ansiedad, sentándose sobre la cama. Louis tomó una chaqueta de cuero del armario y se la colocó.

daddy cool.  AU! ; larry stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora