—¿Qué tal?
—Bello Ash, muy bonita —Elevé los ojos mientras me recostaba en la pared, sentado en ese banco moderno de madera
Creo que se notó mucho mi sarcasmo
—Has dicho lo mismo de los últimos —me reclamó
—¿De los últimos treinta?, pues sí. Todos te quedan expectaculares, por algo eres mi hermana —Mostré una sonrisa sarcástica mientras me cruzaba de brazos
—Estúpido —Río y me lanzó otro vestido hacia la cara
La verdad le quedaba muy bien, nunca he sabido mucho de moda, pero ese tono pastel combinaba perfecto con su piel clara y el cabello castaño que le caía hasta la cintura
Sin que me diera cuenta ya había entrado nuevamente al probador
—¡Ashley! Otro más no, por favor —Le supliqué aún sentado mientras llevaba ambas manos a mi rostro y me lo cubría
—Será breve bebé —gritó desde dentro
—Claro —dije en voz baja
Habían pasado unos treinta minutos y ahora nos encontrabamos en otra sección del centro comercial
Un cartel luminoso le daba nombre: "Maquillaje"
Yo parecía una estatua, solo estaba parado mientras veía a mi hermana hablar con una señorita vestida de uniforme. Además, comenzaban a molestarme las ganas de hacer mis necesidades
Esto me estresa
—Adiós —Agité una mano y me di media vuelta
—Espera —dijo mi hermana. Corrió hacia mí y empezó a hablar en voz baja —Necesito tu tarjeta, porfa —Hizo un gesto de rezar con sus manos, aunque en realidad era una súplica
—Usa la tuya —le dije como si fuera obvio
—Sabés que papá la bloqueó hace una semana —Se encogió de hombros
—Normal, al paso que vas nos dejarás en la quiebra solo comprando ropa —le reclamé y se mantuvo en silencio unos segundos
Ella sabía que era verdad, compraba mucha ropa y luego ni la usaba, solo se echaba a perder en su closet
—Te deberé una —hizo una sonrisa maliciosa y solo reí
Ese era mi punto débil, siempre estaba necesitando de ella
Saqué mi cartera y de esta una tarjeta azul y se la entregué —No gastes más del límite, sino papá me bloqueará a mi también —le aclaré
La tomó y se lanzó a mí, abrazándome —Sabes que te amo bebé
—Yo también, maldita interesada —Le di un beso en la mejilla y me aparté
—¿Y tu celu? —Frunció el ceño
—¿Para que quieres mi celular? —le pregunté
—Sabes que sin ellos las tarjetas no funcionan —me recordó
Era cierto, por motivos de seguridad papá lo había echo. Es cierto que así era más seguro pero mucho más molesto
Metí mi mano en el bolsillo y lo saqué —Que sean tres favores
—Todos los que tú quieras —Tomó mi celular lo que formó una sonrisa en su rostro y luego se dió la vuelta
Enserio amo a esta tonta
Salí caminando del establecimiento y mirando con curiosidad cada rincón del lugar. Pocas veces iba con Ashely a hacer sus compras, pero ese día por más que me negué me terminó obligando
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Segunda Oportunidad
Romance¿Creéis en esta frase? : Si no te pude hacer feliz en esta vida, tal vez será en la próxima Pues, es la base de esta historia, porque las segundas oportunidades existen, porque todos nos equivocamos y cometemos errores muy graves -Porque si la memor...