3-Canciones Con Alma

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Aún sentado en salón de clases me sentía estúpido

«—¿Te llamas Marcel Millers?»

Era obvio que no, no sabía ni por qué lo había dicho, era imposible que ese... ¿recuerdo, imagen? fuera real, solo había sido una alucinación

Tal vez debía dejar de darle tantas vueltas, era bastante claro que no le volvería a ver. No habíamos intercambiado números de teléfono ni nada por el estilo, sabía donde vivía, pero no lo visitaría

«Que vergüenza»

—Buenos días mis niños —dijo la profesora de lengua mientras traía su carecterística sonrisa

¿Sabéis esos colegios donde los profes son unos estúpidos?

Pues digamos que este es la excepción a la regla, la mayoría son súper buena onda. Ojo, la mayoría

—Buenos días profe —dijimos muchos al unísono

—Sé que ya estamos a mediados de año, pero por temas complejos hoy se incorpora un nuevo estudiante con nosotros —nos explicó

«¿Alguien nuevo? ¿A estas alturas?»

—Pasa, por favor —la maestra habló hacia la puerta

Un chico de mediana estatura entró al lugar, se revolvió un poco su pelo castaño con la mano y se quedó parado junto a la profesora

—¿Nos cuentas algo de ti? —le preguntó Diana al enano

—Bueno, soy nuevo en la ciudad, fanático de la música y, toco la guitarra —Nos echó una leve vista a todos los del salón mientras hablaba, hasta que su mirada se cruzó con la mía —Ah, hola Jake —Agitó su mano en forma de saludo

Todos voltearon hacia atrás para verme ya que me sentaba en los asientos del fondo

—Hola, Marcel—dije e hice el mismo gesto mientras ignoraba a mis compañeros metiches

—Por favor, toma asiento —le dijo la maestra al chico nuevo

Marcel avanzó sin dejar sin mirarme

Que incómodo

Yo solo saqué los libros de la mochila ignorandole totalmente hasta que noté como se colocó junto a mi mesa, y con todo el descaro del mundo se sentó a mi lado

—Está ocupado —le aclaré

Ahí se sentaba Ash, se había sentado junto a mi toda la vida, no era momento de cambiar

—Pos yo lo veo libre —dijo y puso su mochila sobre la mesa a lo que yo bufé

«Cuenta hasta diez, Jasson, cuenta hasta diez»

La maestra comenzó a hablar —Las principales formas elocutivas son...

—Pasó algo —pregunté al ver cómo me miraba

—Sí, digo no —hablaba con nervios hasta que exhaló —Solo quería darte las gracias, por todo, si hay algo que pueda hacer...

—Irte de aquí —Le interrumpí y hablé de forma mesquina

Solo le había ayudado como ayudaría a cualquier persona, no tenía ningún derecho de quitarle el puesto a mi hermana. Era una invasión a mi privacidad

—Pero yo... —dijo, pero lo volví a interrumpir

—Si no puedes, entonces no hay nada que puedas hacer por mí —Desvíe mi mirada hasta la profesora que aún seguía hablando —Gracias —Dije sin mirarle a la cara

Segunda Oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora