6 - Mamá

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Y mientras el viento hacía desastres mi cabello me encontraba conduciendo hacia su casa

No entendía por qué siempre tenía que ser yo el que le llevara los cuadernos, era bastante estresante, pero solo debía dejarlos e irme

Y sin notarlo ya estaba frente a su vivienda nuevamente. Pasé mi mano cerca de mi ojo derecho, la marca de quemadura me estaba dando una comezón desquiciante, ella hacía que mi piel de un tono entre clara y oscura se volviera muy pálida, como si estuviera enferma esa parte de mí, tal vez así me sentía...

—Hola —alguien dijo con una pizca de ánimo captando mi atención

—Hola —le respondí yo al enano sin motivación alguna

Creo que aveces era muy radical, aunque él se lo merecía

«—¡Qué no me gusta Jake!

—¿Me lo prometes Ash?

—Te lo juro por nosotros»

Esperaba que me dijera la verdad, que Ashley no quisiera nada con él, me lo había prometido y ella se tomaba esas cosas muy a pecho

—¿Hola? —sentí su voz nuevamente

—Disculpa —Rasqué mi nuca

Aveces pasaba eso, como que me iba del mundo sumergido en mis pensamientos

—¿Entonces...? ¿Qué haces aquí? —hizo una pequeña pausa y continuó —, de nuevo —dijo con sarcasmo

Esa última frase hizo una reacción química con mi sangre, de un momento a otro comenzó a hervir

Bajé del auto con la mochila en mano sin decir una sola palabra. Fui caminando y con fuerza le estampé la mochila en el pecho

«—Tal vez deberías ser más bueno con él, y menos rudo»

«Mierda, Ashley Spincel»

Mis ojos se quedaron atónitos observando mi estupidez. Luego el ruido sordo de la mochila impactando contra la hierba me trajo en mí

—Disculpa —dije rápidamente y me agaché

Por algún motivo había dejado la cremallera abierta haciendo que varias libretas salieran, cayendo también en la hierba recién podada

Acerqué rápido mi mano a uno de los cuadernos y justo antes de tomarlo esa "cosa" volvió, la corriente recorrió cada parte de mí logrando agitar mi respiración. Era increíble lo que podía hacerme solo con el tacto. Luego sentí como una leve corriente de aire chocaba contra mi cabello, moví un poco la cabeza hacia arriba buscando la fuente y era obvio de quien provenía

Sus ojos grisáceos chocaron con los míos mientras su agitada respiración estaba totalmente descordinada con la mía. Podía verle cada rasgo facial, por muy pequeño que fuera, desde su nariz pequeña hasta las gotas de sudor que descendían por su frente provocando pequeños destellos gracias a los rayos del sol. Y cada pequeño rasgo desencadenaba nuevas emociones en mí, era asfixiante sentir que conoces a alguien de toda la vida, y no tener ni un puto recuerdo de él

Tal vez suene como una estupidez, pero para mí no lo parecía

No sé exactamente cuando tiempo estuvimos ahí, perdí la noción de este, pero de un momento a otro sacudió su cabeza haciendo que su cabello castaño semicorto se moviera levemente, creo que fue al oír su voz

—¡Marcel! —gritó alguien que no pude ver, solo percibí que el sonido provenía de la casa

Sin demora, se puso de pie mientras aún los libros seguían tirados en la hierba cortada, y con la mirada fija corrió

Segunda Oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora