2-Roces y Descargas

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—Te amo

¿Qué?

Se movió un poco en la cama y continuó dormido

Habrá sido un sueño

—Con permiso —Se abrió la puerta y entró un hombre con bata blanca

—Hola doctor —le dije sentado en la silla frente a la cama

—¿Que tal Jake? —preguntó con confianza mientras se colocaba de pie a mi lado

Él era el médico de mi familia, o al menos así había sido desde que tengo memoria. Un hombre de unos cincuenta años, con muchas canas y de alta estatura.

—Todo bien Steve. ¿Y usted? —hablé yo

—Todo bien. Vengo a hablarte de tu amigo —Su semblante cambió a uno totalmente serio

—Dime

—Como habrás deducido sufrió un paro cardiopulmonar, esto ocurrió por una sobredosis de droga. Gracias a que recordaste lo que te enseñé no pasó a mayores, pero si no hubieras llegado a estar... —Hizo una pausa mientras se acercaba a la cama y observaba al chico durmiendo —tal vez él ya no estaría en este mundo

—Lo entiendo, tranquilo, hablaré con él cuando despierte —mentí

No le conocía de nada, ni siquiera sabía su nombre, solo estaba haciéndole creer que era mi amigo para evitar dar explicaciones de más

—Apenas despierte le daremos el acta,  debe de ser pronto, ya han pasado dieciséis horas desde el incidente; pero como es un menor tiene que venir a recogerlo un familar. Sabes como funciona el protocolo

—Gracias de nuevo doctor —le dije y este avanzó hacia la puerta y desapareció

La verdad ya llevaba un buen tiempo dormido. Luego de llegar al hospital y escuchar que estarían un tiempo haciendole pruebas fui a mi casa a dormir, y a primera hora vine. Según mi rolex eran cerca de las siete y media cuando...

—¡No, por favor! —Abrió los ojos y los clavó en mí mientras agarraba mi muñeca con fuerza —No pueden llamar a mi familia

—Tranquilo —dije y coloqué mi mano sobre la suya, esa que apretaba mi muñeca

Ese leve rocé provocó una corriente en mí, sentí como cada músculo, nervio y tejido de mi piel reaccionó al contacto. Rápidamente la alejé de él

Era una sensación... ¿familiar?

¿Te conozco?

Esa pregunta inundó mi mente. Sabía que no, no tenía ningún recuerdo de él, pero había algo, una voz en mi interior que me decía a gritos que era imposible haberle olvidado.

—No entiendes —me dijo y sus ojos se cristalizaron

No vallas a llorar por favor

—Si mi mamá se entera se muere, tiene demasiados problemas como para también estar lidiando conmigo. —luego de decir todo eso, lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, unas rosadas mejillas —Y no puedo dejar que nada le pase a ella, es todo lo que me queda

Vale, si había algo a lo que no podía resistir era eso, dramas familiares. Creo que solo me sentía identificado, y no podía ver a nadie pasar por lo mismo

Tal vez todo era mentira, sabía que así podía ser, pero escogí confiar en sus palabras

—Veré que puedo hacer —me levanté de la silla y miré hacia arriba, lo hacía cada vez que sabía que iba a llorar, oprimía mis lágrimas

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