Segunda Oportunidad

7-Sonrisa Con Razón

—En otras palabras, la convulsión fue provocada por una falta de azúcar, debemos de hacerle algunas pruebas para hallar la causa, aunque la mayor posibilidad es que padezca de diabetes o sus medicamentos le estén ocasionando alguna reacción adversa. No obstante puede regresar a casa al despertar

—Gracias doc —Se despidió el enano de Steve

El hombre de pelo blanco sin decir nada más salió de la habitación. Luego del estruendo provocado por la puerta, un silencio se apoderó de la lugar, hasta que ese sonido comenzó. Gadeos, llantos

—¿Qué haces? —pregunté con total seriedad al verlo con la cabeza agachada emitiendo esos sollozos

Levantó un poco la cabeza y aún con lágrimas en los ojos preguntó —¿Qué?

—¿Qué haces llorando Marcel? —le aclaré

—¿Por qué preguntas? —Me miró directo a los ojos, su pupila dilatada hacía que se viera de una forma extraña

—No ganas nada con ello, solo luces débil e inútil, esas emociones se reprimen, no obtienes nada sacándolas a la luz —le hablé de forma clara sin desviar un poco la mirada de él, tal vez fui duro, pero al menos era sincero

—Vale —dijo luego de parecer haber entendido —¿entonces quieres decir que debo de ser frío, áspero? Fingir que mis seres queridos me importan una mierda cuando no lo es. Lo siento Jasson, pero si amo, lo demuestro, si algo me duele, lloro. Prefiero vivir sintiendo todas las emociones posibles, a morir de esa forma, como alguien vacío —Luego de sus últimas palabras volvió su mirada a la cama donde se encontraba la señora

«Pensé que era más maduro, solo es un niño»

—¿Y que ganas sintiendo todas esas cosas? —inquirí —Más bien, demostrándolo

Rodeó los ojos y volvió a caer en mí —No todo se trata de ganar o perder Jake, hay cosas más allá de lo material

—¿Como...? —dejé la frase inconclusa esperando que la terminara, pero ni el mismo pudo hacerlo

—No lo sé, cada quien tiene sus cosas, estoy seguro que para ambos no significa lo mismo un poema, un atardecer, una tasa de café o simplemente ver la luna. Todos tenemos una percepción distinta del mundo

—Tal vez eso solo eso —hice una pequeña pausa —, tenemos formas distintas de ver la vida

«Tan diferentes»

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—¿Dónde está la sal? —grité tratando de que me escuchara

El ruido de unos pasos chocando contra la madera captó mi atención

—Segundo cajón a la izquierda —apuntó hacia el lugar

—Vale —dije y abrí las pequeñas puertas de madera oscura

El interior estaba lleno de varios productos, condimentos y cosas variadas. Pero ahí no estaba la puta sal

—No está —dije en voz alta aún observando hacia dentro

—¿Qué? —su voz ronca llegó hasta mí

—¡Que no está! —le grité

Me estaba frustrando sin razón

—¿Eres sordo o qué? —dije de mala gana mientras notaba como se acercaba a mí

—Jasson, si vas a estar malhumorado te vas, no le voy a aguantar estupideces a nadie —Se cruzó de brazos y me miró directo a los ojos, de forma seria