Aventuras sobrenaturales

7: ¿Quién es Sandra Peters?

Stefan se encuentra en la mansión Salvatore, en el salón, todo lleno de hojas y cajas, Damon entra por la puerta con café

Damon: ¿Que es todo esto?

Stefan: Estoy buscando información.

Damon: ¿No se suponía que estabas vigilando a Marta?

Stefan: ¿Y tu vigilando a Byron?

Damon: Que gracioso, ¿qué has encontrado?

Stefan: Nada.

Damon: ¿Y qué buscas?

Stefan: Información sobre Sandra.

Damon: Es una tribrida, ¿que más hay que averiguar?

Stefan: Me ha pedido que si puedo buscarle información de porque es vampiro.

Damon: Pues que sé yo.

Stefan: Por algo estoy buscando.

Alan se encuentra matando a un borracho

Marta: ¿Aún no te cansas de matar a gente?

Alan: Tenía hambre y me aburría, ¿qué quieres?

Marta: Pasaba por aquí y casualmente te he encontrado, tengo noticias.

Alan: ¿Por fin me vais a dejar en paz?

Marta: Va a ser que no, hay una cura para que dejes de ser vampiro.

Alan: ¿Por qué? ser vampiro es divertido y más cuando puedo hacer esto.

Marta: Ajá.

Alan se pone detrás de ella, le parte el cuello, Marta cae al suelo, Alan se va riéndose

Kol: ¿A dónde vas?

Martina: No te importa.

Kol: Me importa, tengo que mantenerte a salvo.

Martina: Protégete a ti mismo.

Kol: ¿Tengo que obligarte?

Martina: Que pesado eres la hostia, a ver dime, ¿qué quieres? ¿qué necesitas?

Kol: Te necesito a ti... es decir, te necesito viva.

Martina: Y yo necesito a mis amigas, adiós.

Martina se va cerrando la puerta, encontrándose a Sandra

Sandra: ¿Por qué lo tratas tan mal? Es majo.

Martina: Es un vampiro y para tocarme el coño un original.

Sandra: No es tan horrible, yo también soy una vampiro.

Martina: Tu eres diferente, ¿y la feto? hemos quedado a las cinco, no a las cinco y media.

Sandra: Le he dejado mensajes, no los ha leído.

Martina: Pues nos toca entrar a su casa.

Sandra y Martina se dirigen a casa de Marta, mientras Alan las observa lamiéndose los dedos llenos de sangre

Sandra: ¿Ves? no abre.

Martina: Pues abre de una patada cómo haces siempre.

Sandra: No puedo, si lo hago la guarra me mata.

Martina: Y cómo siempre, todo depende de una puerta.

Sandra: ¿Que vas a hacer?

Martina cierra los ojos, alza el brazo y la puerta se abre