Haruto regresaba de la escuela, nada feliz realmente, sino preocupado, con un citatorio en manos y hablando consigo mismo mientras intentaba formular una excusa que sonara convincente.
Junkyu ya tenía suficiente con haber firmado para ser su tutor, como para que ahora le llevara un citatorio al que tenía que acudir o no lo dejarían entrar a dos clases.
Salió del elevador, cruzando los dedos para que de último momento se le ocurriera una buena excusa.
Pero al levantar la mirada, escuchó un par de gritos que venían de su casa. Había un hombre fuera, discutiendo con Junkyu, quien aparentemente le impedía entrar.
Se acercó sin pensarlo dos veces, caminando a paso rápido.
— ¡Sólo dame la maldita pensión y lárgate de mi casa!
— Por favor, precioso, tu hija no está. Podemos pasarla muy bien tú y yo solos... — aquel hombre tomó a Junkyu de la cintura y este lo alejaba, soltandose de su agarre.
— Junkyu hyung... — llamó el japonés.
— Haruto...
Junkyu no podía sentirse más avergonzado que en ese momento.
— ¿Quién es él? — preguntó el otro.
— Y a ti qué te importa. — respondió. Junkyu abrió la puerta, dejando un espacio para que Haruto entrara. — Por favor, pasa, estoy ocupado, en un momento entro.
— Hyung, ¿está todo bien? — preguntó el menor sin poder dejar de verlo. Era el mismo que hace días había visto con una cachetada.
— Espera, ¿lo vas a dejar entrar a él y a mí no? — preguntó el tercero.
— Yo vivo aquí. — respondió Haruto.
Y aquel otro empezó a reír con burla y malicia.
— No puede ser, Junkyu, ¿enserio tan desesperado estás de dinero como para venderte tan barato? Siempre supe que era una zorra, aunque nunca creí que por tan poco...
— ¡Qué...! — Haruto le respondería, y no solo eso, estaba a punto de irsele encima cuando Junkyu lo detuvo, tirando de su mano e interrumpiendo su hablar.
— ¡Haruto, entra! — dijo casi en un grito. — Y tú vete de aquí, si no me vas a dar nada.
— Estoy dispuesto a darte mucho, pero sigues haciéndote el digno, precioso...
— Cállate...
Haruto volteó hacia Junkyu, estaba muy confundido, ¿quién era él y por qué le hablaba de esa manera?
— ¿Tu amante no lo sabe? — insinuó con descaro.
— ¡Él no es mi amante! ¡Lárgate de aquí, ya!
— ¿Por qué no le cuentas? ¿Por qué no le dices que eres una zorra?
— ¿Que no lo escuchó? — Haruto le dio un empujón, ignorando por completo a Junkyu que tiraba de su camisa para regresarlo a casa. — ¡Váyase de aquí!
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"Roomie" - [HaruKyu]
Fiksi PenggemarHaruto busca una habitación en renta para su estadía durante la Universidad, además de un trabajo de medio tiempo para sustentar los gastos de su renta y materiales. Junkyu tiene una habitación en renta en su departamento.