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El rostro de Philip fue lo último que vi aquella noche, pero también fue lo primero que vi en la mañana. Saliendo de mi dormitorio nos encontramos en el distribuidor de habitaciones. 

 - Buenos días, - me saludó sonriente - ¿qué tal tu noche?

 - No tan bien como hubiera querido, ¿y la tuya? Se te ve contento.

 - Sí, estuvo contento toda la noche. - dijo John apareciendo en escena.

 - Apenas dormí... - soltó una risa tras decir eso

 - ¿Qué da tanta gracia?

 - Es que... Tu pelo está muy despeinado. Ven, deja que lo peine.

Me volvió a meterme en el cuarto para irse y regresar con un cepillo en la mano. Me mandó a sentarme en la cama para él poder manejar mi cabellera.

 - Y cuéntame, ¿porqué no dormiste nada?

 - Sinceramente no lo sé, simplemente no tenía sueño y tenía mucho en la mente. Pensamientos iban y venían uno tras otro. 

A la vez que me contaba su noche, sentía como iba pasando aquel cepillo cuidadosamente por el pelo y como se disculpaba tras algún tirón accidental. Decidí no preguntarle en qué pensaba ya que podría sentirse incómodo además de que Eliza me dijo que él normalmente no expresaba lo que sentía, y ya que lo estaba haciendo, ¿porqué molestarle de más?

 - ¿Y porqué dijiste que no pasaste la noche tan bien como hubieses querido?

 - Tuve un sueño muy extraño... Y se sentía muy real.

 - ¿Sí? ¿Quieres contarme de que trataba?

 - Es que no recuerdo detalles exactos. Recuerdo estar corriendo con el mismo vestido de ayer, pero estaba desgarrado y me molestaba porque no podía ir tan rápido como quería, estaba preocupada por algo, algo malo iba a pasar. Después de eso simplemente recuerdo un dolor punzante en el abdomen y despertarme de golpe. - expliqué los pocos detalles que quedaban en mi mente - Cuando desperté sentí como si tuviera que buscar a alguien. 

 - Tranquila, tan solo era un sueño, no es real, así que no tienes que buscar a nadie. - dijo mirándome y apartando el pelo de mi rostro, en un intento de reconfortarme. - Bajemos a comer algo, así olvidarás ese mal momento.

Se ofreció a recoger mi pelo para mantenerlo fuera de la cara, ya que según él, no merecía la pena taparla. Salimos del cuarto y bajamos aquellas escaleras de madera que crujían con cada paso dado. Al entrar en la cocina Eliza nos recibió a ambos con un abrazo y con un plato con comida en la mesa. 

 - ¿Qué tal vuestra noche? Ningún problema, ¿no, _____?

 - Bueno... Tuve un sueño un tanto extraño, pero nada que perturbase mi sueño. - mentí.

 - ¿Y tú, cariño?

 - Sin duda una noche tranquila - mintió junto a mí.

Tras nuestra breve comida, subí de nuevo a ponerme el vestido de ayer, para tan solo volver a caer en cuenta que no podía ponerme el corsé sin ayuda. Philip vino después de llamarle, para poder ayudarme. Me dejó ponerme el vestido en privado para luego entrar a ponerme esa prenda. Me preguntaba porqué mintió a su madre con una cosa tan insignificante como su noche, ¿porqué no contarle la verdad?

 - Philip, ¿porqué le has mentido a tu madre? Me dijiste que apenas habías dormido la noche.

 - Ya sabes, no quiero preocuparla con temas tan insignificantes, no siento que valga la pena. De todas formas, ¿porqué molestarla por una simple noche en la cual no dormí? Mañana dormiré mejor, si es que eso te perturba.

 - No es que me preocupe, digo, deberías dormir bien y por supuesto quiero que descanses, - me corregí - tan solo no entendía porqué no decirle la verdad. Pero tranquilo, no saldrá una palabra de mi boca. - dije guiñando un ojo.

Me sonrió de manera tan dulce que sentí mi corazón explotar dentro de mí mientras al mismo tiempo bombeaba sangre rápidamente: una cosa contradecía la otra. 

[editado]

Always on my mindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora