22.

2.9K 194 33
                                    

Le miraba con unos ojos con los que nunca le había visto. Estaba furioso, Gavi lo sabía. Su fría mirada y su rostro serio lo decían todo.

Apenas el árbitro hizo sonar el silbato que anunciaba el final de la primera parte corrió hacia los vestuarios sin notar la presencia de alguien a sus espaldas.

—¡¿Que cojones te pasa?! —Pedri echo una furia le tomo del hombro.

—¡Déjame en paz! —no iba a soportar lo que sea fuera a decir y mucho menos la forma en que lo miraba.

—¡Dime que te sucede!

—¡¿No escuchas?! ¡DÉJAME EN PAZ! –Gavi también empezaba a molestarse, sabía que el canario estaba en todo su derecho para enfadarse, pero no era ni el lugar ni el momento adecuado para arreglar sus problemas.

—Cualquier problema que tengas conmigo hazlo a un lado, por tus estupidos enfados estás perjudicando a todo el equipo —y era cierto. Era el último partido del año contra el Espanyol, Marcos Alonso había logrado hacer un gol en el minuto 7, pero eso no garantizaba que obtendrían la victoria.

—Cállate ya ¡quieres!

—¿Por que estás enojado conmigo? ¿Eh? ... ¿Es por lo que dije la otra vez? Pues mira ¡perdón! ¿Si? La cague, todo es mi culpa, pero eso no justifica que no quieras pasarme el puto balón.

"Si supieras".

¿Que debería de decir? "Oh, es que te bese la otra noche y me ha gustado" definitivamente no.

—¡Cierra tu puta boca! —se había levantado del banquillo y acercado lo suficiente al mayor como para notar el sudor escurriendo por su rostro, sus mejillas coloradas y sentir sus respiraciones aceleradas.

—¿O si no que? —eso se podía interpretar de dos formas diferentes... Su mirada bajo hacia los labios del otro, pero la forma en que le veía y el enfado en su voz le hizo apartarla.

—Vale —podía sentir la vergüenza recorrer su cuerpo, nunca había peleado con el, su amistad siempre había sido tranquila, solo aquella vez que se molestó por no recibir su atención o ese 18 de diciembre que odiaba, era algo que no quería recordar, pero sus actos estaban presentes en cada cosa que hacía. Y es que ese tonto beso había despertado tantas dudas. Dudas que se iban acumulando conforme iba pasando en tiempo.

Desde esa pelea en los vestuarios le empezó a evitar, no respondía mensajes y llamadas, ya no le llevaba y traía a los entrenamientos, ya no se quedaba en su casa y después dejo de aceptar la salidas donde el era invitado, porque el canario y "la villana" como había empezado a llamarla Gavi estaban más juntos que nunca. Cada puta salida tenía que ir ella agarrada de su brazo, sentarse al lado de el y recargar la cabeza en su hombro y Pedri le dedicaba sonrisas tan naturales que empezaban a molestarle. Podía negarse a ir, pero no se quedaba tranquilo sólo de pensar en que podían hacer si el no estaba, ademas Ansu y Balde eran muy insistentes.

Pero no iba mentir.

Lo extrañaba.

Y mucho.

Extrañaba las tardes de FIFA donde siempre perdía, extrañaba los desayunos sorpresa, extrañaba dormir en su cómoda cama, extrañaba que le hiciera cosquillas, extrañaba tardar horas en elegir una película para después terminar con los ojos pegados al celular, extrañaba ir a comer sushi, extrañaba cantar canciones en su auto junto a él, extrañaba hacerle bromas, extrañaba eso y más.

Pero lo que más anhelaba era otra cosa... Dormir entre esos brazos fuertes donde se sentía seguro, los pequeños besos en la frente, los abrazos donde podía oler su deleitante aroma, que le acariciara el pelo, abrazarse a él con sus cuerpos semidesnudos, por que si, en algún momento de la noche en esas temporadas calurosas en Barcelona les daba frío y solo entre ellos se brindaban calor... pero lo más importante, que le mencionara a cada rato lo mucho que lo quería.

Hungry for LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora