28.

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¿Como saberlo? ¿Solo lo adivinas y ya? ¿Naces sabiéndolo? ¿Alguien te lo debe de decir? ¿O simplemente tu lo decides?

Pedri estaba hecho un lío. Se preguntaba porque siempre las preguntas más difíciles de responder debían de aparecer en su cabeza por la noche causando que no pudiera dormir por la intriga.

La noche cálida y estrellada les hacía compañía en el patio trasero con un Gavi intentando nadar de muertito en la piscina.

—¡No- no puedo! —salió del agua tosiendo.

—¿No sabes nadar? —el mayor le veía desde afuera. No le había parecido una buena idea nadar por la noche, pero si Pablo quería pues al menos le acompañaría.

—No —tenía algo en mente, pero estaba seguro que al canario no le iba a agradar mucho la idea, por lo que le miró con sus enormes ojos avellanas como un gatito rogando por comida. Al ver que Pedri no decía nada o más bien no quería complacerlo hablo de nuevo —Enséñame

—Hace frío —y se abrazó así mismo.

—¡Mentiroso! te vi echándote aire con la mano
—comenzó a salpicarle agua —Además no traes camisa.

—¡Ey! Regresa por donde viniste —dijo el canario caminando hacia atrás al ver que Gavi iba hacia su dirección con esa expresión en su rostro de seguridad que lleva siempre que un jugador le hace una falta y el está listo para hacerlo pagar.

—Muy tarde... —abrazo fuerte a Pedri con ambos brazos y los lanzo al agua.

—¡Eres un idiota! —le reclamó una vez que pudo salir del agua.

—Pero así te gusto —comenzó a acercarse de forma peligrosa hacia el poniendo sus manos en el pecho desnudo del canario hasta que su espalda de esté chocó con la pared de la piscina.

Podía sentir las respiraciones agitadas y nerviosas de Pedri cerca de su rostro, como bajaba su mirada a sus labios y se relamía los suyos. No hacía nada más que incitarle a que cortara de una vez por todas la poca distancia que los separaba. Pero para su sorpresa fue Pedri quien lo hizo, terminó juntado sus bocas mientras ponía sus manos en la cadera de Gavi.

Aunque el mayor había iniciado el beso Pablo tenía el control, hacia movimientos con sus labios que Pedro seguía muy gustoso.

El beso empezaba a subir de intensidad, solo se separaban para tomar aire, pero por poco tiempo porque unir sus labios húmedos se sentía como una necesidad mas. Gavi había empezado bajar sus manos a la cintura del otro, fue ahí cuando Pedri decidió parar —¡Ey! A lo que venimos —dijo con dificultad intentando recuperar aire mientras quitaba las manos del menor de su cuerpo.

—Pero-

—¡Ven! —tomó una de sus manos y lo llevó al centro de la piscina —Solo tienes que hacer esto —se tiro hacia atrás con cuidado y como por arte de magia empezó a flotar muy tranquilo.

—Vale —Pablo intento hacer lo mismo pero no se parecía nada a lo que acababa de hacer Pedro, el se hundió tragando agua. El mayor rápidamente lo sacó del agua evitando que se ahogara —¡NO PUEDO!

—¡Pero no te enojes! —dijo dandole pequeñas palmadas en su espalda.

—¡NO ME ENOJE! —y no lo estaba obviamente, pero la risotadas de Pedri si hicieron que se molestara —¡No te rías, no es gracioso!

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