-Tan indefenso a mi merced, no sé si me podré contener Bocchan...
Abrí los ojos al sentir su lengua sobre uno de mis pezones, alternándose entre lamer uno y pellizcar el otro. En menos de lo que me di cuenta ya tenía un bulto notorio en la entrepierna y dentro de mis pantaloncillos estaba mojado y pegajoso, y Sebastian ya lo había notado.
-Bocchan... Eh de confesarle que usted es mi mayor deseo desde el momento en que me dio mi nombre... Desde el momento que pidió mi ayuda; desde el momento en que me cedió su alma... Y no puedo frenar este infame sentimiento, no hasta que lo halla tomado...
Sus palabras, tan dulces como la miel, y tan hirientes como una navaja resonaron en mis oídos y mi palpitar se aceleró; ya no podía pensar... Todo se volvió confuso.
-Yo... Yo no puedo hacerlo de esta manera... Necesito poseerlo por completo, no sólo tener su cuerpo... -Me retiró la corbata de la boca, y, sin decir una palabra, ni siquiera mirarme, salió de la habitación cerrando suavemente la puerta-.
En ese momento no sabía si sentirme furioso, decepcionado o conmovido... Todo era confuso, al igual que la razón de mi acelerado palpitar.
***
-Hoy para la comida tendremos salmón en salsa de arándanos, de acompañamiento champagne con un ligero toque de durazno y como postre muss de limón.
-¿Cuál es la agenda para hoy?
-Dentro de unos minutos llegará Lady Elizabeth para tomar el té y después de ello tiene el resto de la tarde libre.
Su mirada y sus gestos eran los mismos de siempre, me hacía sentir tranquilo. La salsa de arándanos era agridulce; tal como a mi me gustaba.
-Saldré al quiosco -Terminé la comida, me limpié la boca y salí al jardín; aunque Lizzy era mi prometida era realmente molesta-.
-¿Acaso Bocchan está evadiendo a su prometida? -Se paró detrás de mi-. Eso no es para nada cortés de su parte.
-Cállate -Su comentario me molestó-. Sólo quería estar afuera.
-¿Tan lejos de la mansión? ¿En un lugar donde ni siquiera lo escucharían gritar? Eso puede ser un poco peligroso Bocchan.
-¿A que te refieres?
-A que pudiera ocurrirle cualquier cosa y en la mansión nadie se enteraría -Paso a paso me fue acorralando contra una de las columnas del quiosco, lo que dijo era verdad; no tenía escapatoria-.
En menos de lo que tardé en reaccionar ya estaba dándole la espalda a Sebastian y con las manos apoyadas en la columna. Cada roce de sus manos y cada beso depositado en mi cuello me hacía estremecer. En medio del trance mental en el que me tenía alcancé a escuchar los pasos de alguien correr hacía donde estábamos, cosa que me hizo reaccionar; aproveché la posición en la que estaba y me empujé para atrás provocando que Sebastian retrocediera dejándome un pequeño espacio para poder alejarme, me senté sobre el barandal y aún sonrojado esperé a la persona que corría; una rubia de ojos verdes me atacó con un abrazo acompañado de un escandaloso grito.
-¡E-Elizabeth no grites! -Apenas podía hablar; me estaba asfixiando-.
-¡Pero Ciel te extrañé mucho!
-Nos vimos antes de ayer.
-Que malo eres, vamos, el té está listo -Me tomó de la mano y me jaló en dirección a la mansión-.
Volteé a ver a Sebastian, tenía una mirada fría y llena de odio, pero no era para mi; era para Elizabeth.
Una vez que estábamos los tres en la sala de estar traté de romper la tensión entre Lizzy y Sebastian, sabía que si Sebastian se enojaba descargaría su ira conmigo, y no necesariamente con regaños...
-Ciel, acomódame la silla por favor -Sonrió-.
De mala gana me levanté de mi silla para acomodarle la suya, por su parte Sebastian servía el postre tratando de controlarse, pero en cuanto vio lo que estaba haciendo apretó la mandíbula y tomó uno de los cuchillos de plata y lentamente caminó hacía nosotros; en sus ojos sólo se reflejaba odio.
Continuará...
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Lo subí antes ¡yey!
Lo sé lo sé no me odien TvT
Los capítulos son un poco cortos pero cuando salga de vacaciones los haré mas largos lo juro Dx
No me odien TvT
¿Alguna queja/sugerencia/comentario/ queso?
Gracias por el apoyo >3<
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Los amo -3-
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Cuando la oscuridad nos consuma.
FanfictionDesde ese día, Sebastian no se separa de Ciel, procurando siempre su bienestar; pero, no todo es lo que parece, pues Sebastian tiene un sentimiento oculto, y Ciel es más que un amo para él.