Por reflejo saqué mi revólver y apunté a su cabeza, en ese instante el tiempo se detuvo y un fuerte estruendo se hizo presente; fue el sonido de mi arma al disparar.
-Fue un tiro perfecto Joven Amo. -Sebastian sostenía mi brazo, y un ganzo caía al suelo a lo lejos, Alois ya no estaba en mi vista; se encontraba detrás del hombre de negro-.
-¡Woo..! ¡¿Claude, viste eso?! -Sólo sonrío y aplaudió, retomé mi postura y le di el arma a Sebastian-.
-Por ahora tendrán que disculparme, tengo trabajo que hacer. -Salí del salón seguido por Sebastian, y Tanaka entró para despedir a los invitados, y antes de cerrar miré a Lizzy-. Notificaré a Su Majestad de la disolución de nuestro compromiso. -Cerré-.
-¿Bocch-..?
-Iremos a Londres, prepara las cosas.
-No me hagas repetir la orden Sebastian.
-... Como ordene.
-Y asegúrate de que no vuelva a poner un pie en mi mansión.
Estaba enojado, no con Lizzy, ni con Sebastian, la sola presencia de Alois me molestaba y más si me había quitado algo que me pertenecía.
***
-Bocchan, hemos llegado.
-Llueve...
-¿Quiere quedarse aquí hasta que pare?
-Hace frío, además odio mojarme, esperemos aquí.
Por un momento cerré los ojos, pero sentí una tibieza que me rodeaba, unas frías manos recorrer mi pecho y una respiración tranquila cerca de mi oído.
-Bocchan...
Con su típica delicadeza me quitó la ropa y me miró a los ojos, los ojos que en algún momento me daban tanto miedo, los ojos que ahora mismo deseo que sólo me miren a mi y a nadie más.
-¿De verdad es tan distraído como para pensar algo mientras nos encontramos así?
-Cosas innecesarias... -Como por reflejo me oculté en su pecho y sus cálidos brazos me rodearon. Siempre que estaba con él me sentía protegido, e incluso, llegué a sentirme amado-.
Escuché el sonido de su corbata al deslizarse por su cuello y sentí un cosquilleo en mi estómago, de nuevo perdí el control sobre mi cuerpo y debido a la exitación simplemente dejé que me hiciera lo que quisiera. Poco a poco la temperatura dentro del carruaje aumentaba y nuestros cuerpos comenzaron a sudar e hice algo que nunca creí que haría; comencé a lamer su miembro y él sólo soltaba ligeros gruñidos, cosa que me exitó más y me puse sobre él, dispuesto a su merced.
-¿Está seguro de esto, Bocchan?
-Te lo dejé claro en la mansión...
-¿Esta consiente que una vez que lo haga no habrá marcha atrás?
-Cállate, lo sé... Sólo hazlo...
-Yes, My Lord...
Su voz entrecortada resonaba en el angosto espacio y cada vez que entraba y salía lograba arrancarme varios gemidos, sin contar el sonido mojado que eso provocaba y en unos instantes Sebastian logró tocar ese "punto dulce" dentro de mi, y él notó eso.
-¿Es aquí?.. -Susurró en mi oído y siguió frotando ese mismo lugar hasta que me corrí, manchando un poco su pecho al hacerlo-.
Afuera seguía lloviendo, pero dentro hacía ya mucho calor, nuestros cuerpos se buscaban uno a otro con pasión, pedían más a gritos, sin embargo, mi resistencia llegó a su limite y lo último que vi antes de quedarme dormido fue la dulce sonrisa de Sebastian.
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
Cuando la oscuridad nos consuma.
FanfictionDesde ese día, Sebastian no se separa de Ciel, procurando siempre su bienestar; pero, no todo es lo que parece, pues Sebastian tiene un sentimiento oculto, y Ciel es más que un amo para él.