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Capítulo 13.

El nuevo semestre ya había dado inicio desde hace dos meses.
Y debo decir que en ese tiempo habían sucedió bastantes cosas.

La principal y la que Jung y Doyo habían notado era que; Jeno y yo habíamos cambiado.
Las peleas seguían, pero estás terminaban con risas entre los dos. Al parecer nuestros ojos buscaban la atención del contrario en todo momento.

Si estábamos platicando algo divertido alguno de los dos estaba mirando al contrario, si opinabamos algo buscábamos la mirada del otro. Así era ahora nuestro día a día.
Ahora es Jeno quién me acompaña hasta la esquina de mi casa, comparte sus auriculares conmigo; pues en esos dos meses también descubrimos que nuestros gustos musicales son bastante similares, por no decir idénticos.

Si habían temas que no entendía él se encargaba de explicarme el tema. Claro, luego de una larga pelea que una vez más, terminó en risas.

Estaba seguro de mis sentimientos a este punto. Jeno me gusta y mucho, pero no tengo el valor de revelar mis sentimientos frente a él. Prefiero que sea el tiempo quien se encargue de eso.

Aunque también sentía otra mirada sobre mi todo el tiempo. Lucas.

Nuestra amistad seguía igual, él continuaba siendo igual de amable y atento conmigo, aunque esto provocará que don dramas hiciera un alboroto.
Salí en varias ocasiones con Lucas, pero ese cosquilleo que hace meses me causaba había desaparecido, estar con Lucas era como pasar el rato con Jung o Doyo.

¿Quién lo diría? A quien consideraba mi enemigo resultó ser el nuevo dueño de mis pensamientos y suspiros.

Desde aquella vez que nos besamos en casa de Doyo no volvimos a hacerlo. Creo que hasta ahora ha sido el beso más intenso que he tenido.
¿Qué si me gustaría repetirlo? Por supuesto que me encantaría, pero Jeno no ha insinuado querer repetirlo y claro que yo no tengo valor suficiente para intentarlo. Así que, prefiero mantener el recuerdo fresco en mi mente.

— Hey, Jae, escuché que la próxima semana es tu cumpleaños. ¿Deberíamos comenzar a planear una fiesta? —Doyo habló mientras comemos en la cafetería.

— Amor, tienes que prestar tu casa para el festejo —Jung le siguió.

— ¿Crees que no pensé en eso, lindo? Hablé con mis padres y ya tengo su permiso para organizarla

— No es necesario chicos —traté de negarme.

— ¡Claro que es necesario! Necesitamos sacar el estrés —Jung volvió a comentar.

— No quiero gastar en gente que ni siquiera conozco. ¿No lo vieron en la fiesta de Jen? Había personas que no conocía

— Bueno, a Jeno cualquiera en el instituto lo conoce

Mis ojos buscaron los de Jeno, él había sido más rápido, porque ya me estaba mirando y me guiño un ojo.

— Precisamente por eso no quiero una fiesta, yo no le hablo ni a todos los del salón. Organicemos algo entre nosotros, si quieren pueden venir a mi casa

— No creo que tú mamá permita eso —Jeno fue el siguiente en hablar.

— Soy su único hijo y el consentido, ¿crees que no puedo conseguir su permiso?

— Lo dudo

— ¿Me estás retando?

— Tal vez

— Eres un...

— Ya, ya, ya. Basta —Doyo intervino—. ustedes dos parecen marido y mujer

Nuestros ojos volvieron a conectar y una sonrisa fue lo que recibí de su parte. Sí, una linda sonrisa que me derretía.