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Capítulo 22.

Luego de nuestra primera vez, Jeno y yo lo repetimos muchas otras veces.
En su casa y en la mía.

Aunque en estos días ambos hemos estado ocupados, yo tengo evaluaciones y él tiene muchos libros por leer y proyectos que entregar.

El tiempo se ha llevado tres meses consigo, y estoy conforme, Jen y yo hemos tratado de vernos todo el tiempo que nos sea posible a pesar de que nuestros horarios tienen mucha diferencia logramos ponernos de acuerdo para pasar tiempo juntos.
Sí, somos un par de enamorados que se dicen “te amo” cada cinco segundos.

Hoy es un gran día, finalmente voy a presentarles a Jeno a mis padres, ellos ya saben que estamos saliendo, pero no les había dicho ni su nombre ni mucho menos lo había presentado formalmente.
Ahora estoy seguro de hacerlo, estoy seguro de que a mis padres les va a caer muy bien. Justo como yo le caigo a su familia, la madre de Jen es muy amorosa ella dice que me considera como un hijo.

Estaba acomodando mi cabello cuando mi teléfono vibró sobre mi cama. Sabía de quién era el mensaje pues sus notificaciones las tenía personalizadas para él.

Ya voy en camino, mi amor.
¿Debería comprar algún detalle para tu mamá?

Te estaré esperando.♡
No necesitas traer nada, mi madre te va a adorar.

Estoy muy nervioso.

También lo estoy, pero descuida, todo saldrá bien.
Mi padre te hará muchas preguntas respecto al estudio, pero no será nada grave.

Voy a estar frente a un Fiscal, eso me preocupa, amor.

Confía en mí, cariño.

Lo hago a ciegas.
Te veo en un rato más. Te amo, mi precioso.

Te amo más, corazón.❤️

Deje mi móvil nuevamente sobre la cama y termine de alistarme, todo debía estar perfecto para cuando Jeno llegará.
Salí de mi habitación y me encontré con mis padres poniendo la mesa juntos.

Mama llevaba un hermoso vestido color vino, haciéndola lucir más guapa que de costumbre. Mi padre llevaba uno de los trajes que diariamente usaba, él no me sorprendía demasiado, su vestimenta era pulcra todos los días.

— Que guapo te ves, cielo

— Gracias mamá

— ¿Cuando llegará nuestro invitado? —mi padre preguntó.

— Dijo que ya viene llegando. Estoy muy nervioso

— Tranquilo —papá alentó—. Nervioso debería estar yo por saber quién se ha robado el corazón de mi único hijo

El timbre sonó y sentí que mi corazón se saldría de mi pecho en cualquier momento.

— ¡Es Jen, yo abro! —salí corriendo del comedor y crucé la sala para llegar a la puerta y abrir.

Ahí estaba Jeno, con unos pantalones de vestir, una camisa remangada de las mangas y su cabello peinado a los lados. Se veía tan hermoso, debía decir que su cuerpo se veía más trabajado y eso hacia que luciera mucho mejor la ropa.
Entre sus manos traía una caja de chocolates.