Capitulo 14

251 30 23
                                    


-Este osito es perfecto para mi pequeña villa! Siempre le gusto estas cosas y seguro le encantara cuando lo vea- miraba con entusiasmo el juguete, llevaba varios minutos eligiendo obsequios a sus hijos, eran bastantes y seguro iría a necesitar más de una visita para comprarle a todos y aun debía buscar el obsequio perfecto para su amado esposo.

Estaba tan absorto en su misión que no era consciente de las constantes miradas y susurros hacia su persona, no pasaba precisamente desapercibido, los más mayores se asustaban apenas lo identificaban por lo que se retiraban con rapidez del lugar.

-Es increíble, cuanto ha cambiado este lugar... ¡pensar que aquí confeccionaban mi calzado y el de mi padre! Ahh... lastima, a mi nieto le vendría bien algo de clase, parece vagabundo- caminaba por el pasillo con varios objetos entre sus brazos. Una pequeña discusión se formaba entre los vendedores ya que ninguno parecía tener el valor de acercarse a Imperio para ofrecerle ayuda o quien seria el encargado de caja.

-Disculpen caballeros... señorita, deseo llevar estos obsequios y necesito que sean envueltos con propiedad- las personas levantaban sus miradas en busca del rostro del contrario, pero al ver la expresión de enojo y casi maligna, pero ellos soltaron unos gritos ahogados, se pegaban o empujaban hasta que uno de ellos tropezó hacia el frente -b-bienvenido señor, claro-

Se movía con torpeza debido a los nervios, le estaba costando trabajo marcar los objetos, con su cabeza le hizo señas a otro para que envolviera los objetos, por lo menos si lo hacían rápido se librarían pronto de aquella representación tan aterradora -l-listo señor, ¿c-c-omo paga? -

-¿Que pregunta es esa? Obvio que con Deutsche Mark, estos jóvenes...- los tres se miraban entre sí, no sabían de que estaba hablando -disculpe, pero ¿con que dijo que pagaba? -

-¡Con mark! Por dios- de su bolsillo extrajo varios billetes y monedas, se las enseño a los empleados quienes miraba con más dudas plasmadas en sus rostros. Uno busco rápido, a su parecer parecía una mala broma, pero para pesar de todos no era así -em señor, disculpe pero esto ya no se utiliza... hace como cien años creo, ahora se utiliza euros o dólares si prefiere- de pronto el empleado soltó un grito agudo debido a que Imperio alemán propino un fuerte golpe con su puño al golpear el mostrador -¡no sé qué demonios son euros pero he tenido un horrible regresar y no perder el tiempo con unos mocosos ignorante cuando podría estar alistándome para viajar, así que recibirán esto y me marchare!-

-¡P-pero señor! ni sabemos cuánto es... ¿un marco? debe ser mucho... ¿o poco?- miro una de las monedas, ya habían enfrentado clientes problemáticos pero nada comparado con la apariencia de Imperio, su sola presencia ya infundía terror en ellos como para animarse a entablar una discusión con el -Ese no es mi problema, yo estoy pagando y si tuvieran un poco de respeto hacia sus superiores dejarían de hacer problemas-

-¡Pero s-señor no podemos aceptarlo! si gusta le reservamos todo esto mientras usted va por el dinero correcto- de la nada comenzó a formarse un aura oscura en el alemán, ya estaba de mal humor debido a la fotografía y que ahora le negaran algo solo empeoraba los ánimos -creo que ya no les enseñan a respetar a sus representaciones... quizás yo deba darles unas cuantas lecciones- los tres humanos se abrazaron, estaban temblando de miedo, necesitaban ayuda pero el miedo los paralizo.

»——————⋆◦★◦⋆——————«

-¡Agh! demonios, ya responde anciano- apago con molestia su móvil, la reunión había acabado y Alemania llevaba algunos minutos llamando al teléfono de su casa esperando que su abuelo respondiera pero no obtuvo respuesta. Regreso a la sala de reuniones por sus pertenencias, en eso su móvil comenzó a sonar soltó un suspiro cansado, deseaba con todo su ser no fuera por trabajo -luego de librarme de mi abuelo tomare una largas vacaciones y juro que los enviare al demonio a todos- sin siquiera ver de quien se trataba contesto de muy mala gana -chaa ¿ya te enojaste conmigo? - su ceño fruncido desapareció, llevaba unos días que no sabía de él y justo llamaba en ese momento.

𝐒𝐞𝐡𝐧𝐬𝐮𝐜𝐡𝐭 𝐝𝐞𝐬 𝐇𝐞𝐫𝐳𝐞𝐧𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora