Epílogo.

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-Epílogo

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Meses después...

Cris Prince

¿Quien lo diría? Hace un año, solo era un aprendiz que no tenía a nadie y ahora estoy aquí, con gente que me feliz y realmente me quiere.

Abro la gran puerta y la luz solar se estrella contra mi rostro, me hace cerrar los ojos, mientras me acostumbro a esa luz.

Inhalo, con una sonrisa, el aire fresco de París.

Doy unos cuantos pasos hacia el jardín y puedo ver las hortensias, los girasoles que crecen en él, recordando a la pequeña que las sembró. Janis, ahora ella está cumpliendo su sueño en Tokio, siendo una gran boxeadora.

También contemplo la gran casa, con paredes blancas, celestes y dibujos de flores rosadas.

Recuerdo como si fuera ayer el día que llegué del Tíbet. Estaba sucia y vacía. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al recordarme todo lleno de pintura rosa cuando pintamos, ella y yo ...

—¡¡Cris!! Ya me voy, hay pay de moras en el refri— la chica bajita, de cabello negro con un mechón morado, que es muy amable me pasa por un lado, dándome un pequeño abrazo y sale para montarse en un taxi.

Brenda Fournier. Brendi. Mi mejor amiga y quién vive conmigo.

Ella tenía una repostería pero... ya no.

Ahora, tiene tres por todo París. Claramente yo he ido a comer a cada una de ellas, sus postres me encantan, demasiado.

Realmente me alegra que ella esté triunfando, se lo merece, de verdad.

Desde aquella noche que le ofrecí ser mi roomie se selló nuestra amistad.

Seguí contemplando mi alrededor, los pajaritos cantando, el cielo azul, el sol cubriendo las flores del jardín, la gran Torre Eiffel que se podía contemplar desde acá...

La Torre Eiffel... Oh Dios

—¡¡Fennec!!

Cierto, había quedado con ella en encontrarnos en la Torre Eiffel en... Ahora.

—Menos mal, existe una forma rápida de llegar ¿No, Duusu?

—Asi es, Cris— Duusu voló a mi alrededor terminando de comer unas pequeñas moras —agradezco que tú amiga Brenda decidiera dejar el arbusto de zarzamoras en el jardín.

Acaricié su cabeza con mi dedo —Pequeño glotón— le sonreí —¡Vámonos!

¡¡Duusu extiende mis alas!!

Salté por las calles de París, hasta llegar al gran monumento icónico.

Descendí justo frente a ella, una chica morena pálida, con una camiseta naranja a cuadros con negro, jeans holgados, azul oscuro y tenis, también naranjas.

—Deberías dejar de saltar por todo París, con tu traje de héroe— dijo la chica, con las manos en su espalda y una sonrisita.

—Duusu a descansar.— Volví a mi vestimenta normal, una camiseta celeste, shorts negros y tenis azules —. Tu sabes que soy muy puntual, así que aquí estoy a la hora.

Duusu voló hacia ella para saludar a su hermano Kwami, Trixx.

—Son tan tiernos, parecen unos bebés

Trixx me miró fijamente —Pues, te informo que tenemos millones de años más que tú— afirmó molesto.

—Igualmente, son tiernos— Romi me apoyó. Todavía tenía las manos escondidas.

Miraculous, King Blue [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora