En la oscuridad.

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Shade Noir

París.

Noche oscura.

Nuestros golpes sacaban destellos en aquel lugar sombrío y helado el cual habíamos elegido para entrenar

Las gotas de sudor bajaban por mi frente mientras mi maestra Fennec Rood peleaba con fervor, primeramente estaba intentando disciplinarme. Yo solo intentaba esquivar sus golpes.

Entre los golpes y nuestras respiraciones agitadas se escuchaban las indicaciones de Fennec

—Si vas en retroceso, tus ojos siempre en mi.— esos ojos marrones que me miraban fijamente me hacían sentir muchas cosas

—Si, maestra pero sea más paciente

—Pie derecho, pie izquierdo... ¡USA TODO EL CUERPO!— enterró un golpe con su flauta en mis costillas

—¡¡Maestra!! Porrrrrrrr favorrrrr— le suplique casi retorciendome del dolor. Trate de seguir firme

—¡NADA DE POR FAVOR, SHADE NOIR!— estaba alterada. Los dos lo estábamos —¡Necesitas ser un excelentísimo gato negro! ¡Es mi misión entrenarte!— pausó —¡Y no fallaré!

Sentí la rabia en mis venas
—Me retiro, esto es una locura, Fuera garras.— mi traje desapareció por completo dejándome en un short más una camiseta negra.

Yo la miré. Ella sonrió
—Sabes Jere, sé que serás un gran gato, lo veo en ti. No me gusta entrenar a los nuevos, siendo honesta, pero en ti vi algo especial y quiero hacerle caso a mi intuición zorruna.— se acercó a mí y puso su mano en mi hombro —Siento no poder revelar mi identidad, es un secreto y así mismo, tú tampoco puedes revelar a nadie tu doble vida.— me dió una palmadas —Vamos. Disculpa por el flautazo en las costillas, seré más suave. Continuemos con el entrenamiento.

La miré sin expresión alguna en el rostro. Todo lo que ella decía era verdad, era una locura. ¿Acaso esta joven jamás mentía? Suspiré y nuevamente usé el miraculous para volver a ser Shade Noir.

Volvimos a entrenar, por horas y días.

Todas las noches era lo mismo. Encontrarnos en medio de la oscuridad y entrenar, pelar, "Hacerme el mejor portador" eran sus palabras

Y Así pasaron los días, hasta que empezé a devolver los golpes, patadas, golpes de arma, dejando impresionada a Fennec. Siendo el aprendiz que ella quería.

[...]

Sentado en el borde de un edificio alto, mecía los pies mientras miraba las bellas luces de la ciudad en medio de la noche

Ella sentada a mi lado sonreía
—¿Ya has hecho las valijas, maletas?

—No es como que tenga muchas cosas, pero si, ya he hecho eso ¿Cuánto tiempo estaremos en el Tíbet?

Ninguno perdía la mirada de la ciudad
—Según creo es hasta que mi maestro te asigne una misión, luego volverás

—No es como que vaya a extrañar mucho esto, ya sabe, maestra.— miré al vacío

Sentí su mirada sobre mi
—Sabes que puedes contar conmigo, Shade.

—Lo sé, maestra— pausé   —. Muchas gracias. ¿Cuándo nos vamos?

—Hoy al anochecer. Nos vemos a las afueras de la ciudad, punto oeste. ¿Entendido?

Asentí
—Entendido, maestra.— pude notar el sol apareciendo por el horizonte —Con su permiso, me retiro.— me enfrente con esos hermosos ojos. Ella sonrió. Yo sonreí —Hasta la noche.

Miraculous, King Blue [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora