2 Poor Kids

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Errorink - Fluff

Pedido de: Inkillumi

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La capital.

Lugar donde se alberga a los gobernantes del estado, por eso mismo, el lugar donde más mejorías se hacen y mayormente, el lugar donde se centra más gente ya sean ciudadanos o turistas.

En países avanzados, o también llamados primermundistas, la capital solo es el lugar donde los gobernantes están, es más como un título y ya.

Pero en un país en vía de desarrollo, o también llamados tercermundistas, la cosa cambia.

La capital se convierte en una especie de "paraíso", un lugar donde gente de provincia va en busca de oportunidades, un lugar en el que si sales adelante nada te puede faltar.

Pero claro, nunca fue bueno que toda una población se centre en un solo lugar, al final ese "paraíso" se va distorsionado, los trabajos ya no son abundantes, la contaminación aumenta, robos, etc y ni hablar de la corrupción.

Lastimosamente, cuando dejas todo atrás para irte y empezar de nuevo, no es como si tuvieras una cuenta de ahorros en caso de un robo.

...

Dos niños corrían, uno detrás del otro, mientras reían.

La gente al verlos solo se apartaba y se quejaba, ambos niños se veían muy emocionados.

Ropas sucias, caritas y manos manchadas, generando asco y pena a las personas que los observasen.

Pero son niños al fin y al cabo, viven en un mundo diferente, no le prestan atención a lo que gente externa piensa, además tienen algo más importante que atender.

La puerta de un restaurante es abierto rápidamente, dando paso a los niños.

—¡Señor Alter! ¡Señor Alter!— Gritaban ambos niños mientras se acercaban a la caja registradora.

— Miren quienes están aquí, Error e Ink, pequeños traviesos, ¿Me extrañaron?—

Ambos pequeños asintieron muy felices.

Alter con una sonrisa los llevó adentro donde tiene una mesa en una zona escondida y hace que se sienten.

—No se preocupen, ahora voy a servirles, sí?—

Alter fue a preparar unos platos para que los niños comiesen, no tenía que temer a un regaño de un superior, puesto que él es el dueño del lugar.

Dueño del restaurante "Sciroppo di Olive", siendo esta ubicada en la tan aclamada planicie o también conocida como la zona de ricachones; Alter es uno de los pocos que lograron avanzar en la capital, su padre fue campesino y su madre costurera, llegaron a la capital a probar suerte, fue difícil, pero lo lograron.

A pesar de ahora tenerlo todo, sí experimentó lo que fue la pobreza y ver a ambos niños mendigando por un pan hizo agua su corazón, no podía dejarlos de hambre.

Así que ahora los deja entrar a la hora del almuerzo, les sirve un plato y si hay suerte, cuando es la hora del cierre, sobra comida y les da, total, es mejor que alguien se lo coma a que lo desechen.

—Aquí tienen peques— dijo el mayor llegando con dos platos en manos y dejándolos en la mesa.

—Muchas gracias Señor Alter— respondieron los pequeños.

Ambos comieron muy a gusto sin interrupciones ni miradas gracias a la ubicación de la mesa.

A penas terminaron fueron a seguir jugando.

Ambos, de la mano, cuidándose.

Ninguno tenía padres, tampoco un hogar, se conocieron en el orfanato y escaparon, si es que se le puede llamar escape a su fuga ya que al fin y al cabo solo salieron como si nada y nadie los buscó.

Solo se tienen entre ellos, sobreviviendo con lo que encuentran, peleando con quienes buscan hacerles daño o robar las pocas cosas que poseen; no es la mejor vida, pero están bien con ella.

El tiempo pasa y siguen juntos, de la mano.

Ahora más grandes, hacen pequeños encargos, repartir periódico, mover cajas, ayudar a una señora con sus compras, etc. Esto ayuda a que logren tener al menos unas monedas para sobrevivir con algo más que la ayuda de Alter.

—¿Error?

—Dígame, señor Alter.

—¿Ink dónde está?

—Ya debe estar de camino, ¿Por?

—Nada, solo es raro verlos separados.

—¡Ja! No se preocupe, es que hoy tuvo suerte, una viejita necesitaba ayuda con su jardín y decidió llamar a Ink.

—¿A Ink? ¿No es raro? Digo, usualmente pagan para que un jardinero haga ese trabajo.

—Sí, pero dijo algo de quiebra y nuevos trabajadores, me ofreció trabajo también, pero ya tenía pendiente lo del almacén en el mercado, pensé que Ink iba terminar antes que yo, pero parece que no.

— Uhmm vaya.

La puerta es abierta dando paso a un Ink lleno de tierra el cuál traía ambas manos detrás de su espalda.

—¡Ink! ¡Dios mío, estás cochino! ¡Ve al baño a limpiarte!

—Claro, pero antes tome— dijo mientras un sacaba un brazo, mostrando un ramo de magnolias blancas —son para usted.

Alter miraba sorprendido a las flores y después a Ink.

—No me las robé, la señora las cortó y dijo que las iba a botar, le pregunté si me podía quedar con algunas y dijo que sí.

Alter solo dio un suspiro mientras sonreía aliviado.

—Muchas gracias, iré a ponerlas en agua, pero no te olvides de limpiarte.

—No lo haré— respondió.

Alter se alejó con las flores en mano hacia la cocina para buscar un lindo florero.

—¿De verdad te las regalo?

—Te lo juro por mi almuerzo, me dio la paga y le pregunté y dijo que sí.

—Bueno.

—No te preocupes Error.

—No quiero que te metas en problem-

Fue silenciado gracias a que un ramo de dalias fue puesto frente a él.

—No te iba a dejar sin regalo—dijo Ink con una enorme sonrisa.

Error se sonrojó y agarró el ramo.

—Ve a limpiarte.

Ink se fue al baño muy contento.

Alter salió, dejo el florero con las flores al lado de la caja registradora y giró a ver a Error que se encontraba mirando y analizando cada pétalo de las dalias, solo sonrió y regresó a la cocina para servirles su almuerzo.

Tal vez ninguno tenía suficiente dinero como para vivir decentemente, pero no parecía molestarles, vivián al lado del otro y eso era lo importante para ambos.

Una historia de amor de la cual tal vez no haya testigos, pero no importa.

Sin un hogar definido, sin trajes, ni vestidos, ni joyas, no les importa mientras puedan estar juntos, en la gran ciudad. 

Un mundo de música al azar (Sanscest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora