1. "¿dónde estás?"

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Es curioso.

Es curioso cómo funcionan las cosas en este mundo.

Al menos para mí, siempre hubo un trato diferente.

Siendo nuevo, creía que tal vez, se repetiría lo que había vivido antes. Pero esta vez era diferente.

Cuando me dieron trabajo en Starr Park, creía que tal vez me pondrían a trabajar como un segundo, un cualquiera.
Pero, al parecer les he agradado lo suficiente, y el día de mi llegada recibí muchos elogios, muchos regalos, mucha atención.

Creían más en mi que yo.
Eso me hacía sentir feliz.

Pero aún me sentía vacío.

Durante la ceremonia de presentación, no pude evitar notar que también había alguien nuevo que estaba al lado de mí pero que extrañamente pasaba desapercibido. Tampoco se veía como si le interesara demasiado, ya que ocultaba su rostro en una colorida capucha.

Creí haber escuchado que lo llamaban “Grom” después de haber mostrado sus habilidades. Pero no dijo nada más. Simplemente, agradeció en silencio dando una reverencia y se fue al puesto que le asignaron.

Por un momento vi su rostro debajo de aquella tela rojiza, era una cara que me dejó paralizado por unos momentos. Intenté seguirlo.
Pero no pude verlo salir, todos me habían rodeado para saber más de mí, lo cuál me hacia sentir frustrado.

Digo, yo opaque por completo a alguien más con solo mi llegada, y él tampoco se inmutó ni hizo nada para hacerse notar, ¿es mi culpa acaso?

¿Tengo la culpa de ser muy lindo?

Trataba de pensar de una manera positivamente narcisista.

Pero me era imposible porque los pensamientos de culpa empezaron a golpearme muy fuerte en mi cabeza. Por alguna razón también sentí una punzada en el corazón.

Necesitaba disculparme con él.

Pero...

No podía.

Mientras más pasaban los días, no lo encontraba.

Empecé a desesperarme.

La atención de todos me estaba abrumando, no podía estar en un lugar solo porque tendría al menos tres personas atrás de mí.

Necesitaba disculparme porque me moriría.

O ¿Acaso era una excusa para saber de él?

Necesitaba respuestas.

Por lo que, le pregunté a Lola, mi compañera de trabajo. Era una mujer muy egocéntrica que por momentos podría jurar que estaba hablando sola. Pero aún así, le tenía respeto porque era la persona que me trató como un igual desde que llegué, escuchándome y hablándome con total tranquilidad.

—Lola, querida, ¿te acuerdas que cuando yo llegué aquí, también vino alguien nuevo?— pregunté dando pausas, ya que estábamos comiendo. Teníamos un pequeño receso para poder comer después de una jornada de trabajo.

—Oh, claro que sí, pero realmente no recuerdo su nombre. Me pareció que hace unos días estaba en el puesto de Lou comprando un helado.

—El puesto de helados de Lou es el que está aquí enfrente, ¿No?— No podía creer que incluso Lola quien no recordaba su nombre lo había visto enfrente de nuestro set. ¡Y yo ni siquiera lo había visto ni en mi sueños!

—Seh. No te recomendaría juntarte con cualquiera, menos con él ya que se ve como alguien raro. — dio un sorbo a su limonada y me miró con preocupación— Las personas raras pueden afectar en tu reputación más de lo que crees. Lo digo por experiencia, querido.

No entendía, pero tampoco quería entenderlo.
Asentí con la cabeza para dar por terminada la conversación.
Quería saber más de él pero me terminé llevando más preocupaciones.

¿Yo quién era para decir que alguien es un raro? Yo soy el verdadero raro. Yo soy quien  no debería tener reputación. Así era como me había acostumbrado.

Pero ahora yo era una estrella, una estrella de cine.

Me olvidaré de este tema.

Ni siquiera es como que fuera algo de mi incumbencia desde un principio.

Seguiré con mi trabajo.

共依存 ;; codependientes  [Grom x Fang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora