共依存 ;; codependientes [Grom x Fang]

5. "¿Cuál es tú plan?"

–¡Oigan niños! ¿Qué ocurre aq-... Aquí?

Grom lo volteó a ver a penas escuchó su voz, esa mirada tan aterradora y profunda lo penetró nuevamente sintiéndose atraído y amenazado al mismo tiempo.

–¡señor! Es usted el famoso ¡Bruce Lee! – uno de los niños gritó emocionando a los demás por su descubrimiento.

–¿Qué? NO, niños por favor dejen al señor en paz. – fang se había enojado, estaba muy enojado. ¿Ya dije que estaba enojado? Bueno, se amarró su cabello en forma de demostrar su enojo.

–Lo siento señor... Es que yo y ellos quería darle lo sientos a el señor ayer por nuestras travesuras... se murió.

¿Qué estaba diciendo este niño?

Se rió pero no quería ver la cara de Grom porque se iba a volver a quedar sin aire, así que trató de ahuyentar a los niños.

–Yo le daré los 'lo siento', no se preocupen niños, él solo necesita espacio.

Los niños se fueron con caras tristes pero al menos se sentían mejor al saber que el guardia había... ¿revivido? Y que no murió "para siempre" por culpa de ellos.

Pensó que quizás está mal que los niños jueguen videojuegos a muy temprana edad.

–Gracias.

Fang volvió a tensarse. Su voz gruesa junto con su acento ruso lo hacía sentir como una presa a punto de ser cazada.

–B-Bueno, ¡no hay de qué! Yo mejor me iré –El más bajito estaba a punto de emprender su caminata de escape, pero justo Grom pudo tomarlo del brazo para pararlo en seco.

Era como una ramita a comparación de lo fuerte que era ese hombre o así lo sentía.

–Oh, lo siento... Pasa que, ayer se te cayó tu gorra y... Quería devolvertela. – Grom sacó de su mochila de trabajo la 'visera' de Fang.

El de cabellos oscuro estaba ardiendo. Casi que olía a quemado.
Estaba tan sonrojado que no sabía que decir o hacer así que solo tomó tomó su gorra.

–¿Estás bien? parece que tienes fiebre...

Grom se acercó lentamente. Oh. Parecía que estuviera a punto de aplastarlo con aquellos pectorales.

–SÍ, SÍ ESTOY BIEN GRACIAS POR FAVOR NO TE ACERQUES MÁS.

Fang se volteó cubriendo su rostro. ¿Qué rayos le estaba pasando? ¿Porqué no podía controlarse?
Se sentía tan abrumado y tenía miedo de empezar a tener esos pensamientos otra vez.

–No... Yo... Está bien, no te molestaré más.

Grom se retiró lentamente.

–¡No, espera! No te vayas.– Suplicó el más bajito. –No me molestas... S-Solo es que no me siento bien.

–¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?– Grom lo vió de reojo, no quería incomodarlo por lo que intentó ser gentil.

–Yo... Yo quería hablar contigo. Desde que llegamos aquí, no he podido hablar contigo, en realidad no sé cómo decirlo –Fang estaba viendo el suelo, se sentía muy nervioso y sentía que sus piernas fallaban, sintiéndose de la misma forma que cuando se topó con él.

–Oye, no te ves nada bien, ¿Necesitas algo?

Fang se terminó desmayando, bueno más bien, le había dado fiebre. Quizás pudo haber sido por las emociones demasiados intensas y que no se había quitado el estrés del trabajo.

Grom terminó cargando a Fang a su casa. No tenía otras intenciones más que ayudarlo, pero desconocía en dónde vivía o con quien podría hablar para que lo llevaran.