-Te va a doler.- le advirtió Justin antes de acercar el algodón con alcohol para limpiarle el labio.
Pero Jossette estaba tan inmersa en su estado de shock que ni siquiera lo sintió. No procesaba lo que había pasado y como el amor de su vida, por quien dejó a sus padres y su familia, la había podido golpear de un modo tan desalmado, como si la odiara.
-¡Auch! - se quejó quedito cuando el rubio le frotó con más fuerza el algodón contra su labio.
-No es nada grave, no tienes rota la nariz ni mucho menos, solo fue superficial. - informó guardando los utensilios de su botiquín - Solo déjame revisar el labio, puede que mañana tengas un feo moretón.
Él se acercó tanto que Jossette tuvo problema para tragar saliva, podía sentir la respiración de su guardaespaldas tan cerca, posiblemente tenía poco que se había lavado los dientes porque el aliento de Justin era de menta. Por los segundos que le tomo al rubio revisarle la herida ella sintió que todos los sentimientos acumulados hasta el momento entraban en pausa, no podía hacer más que pensar en lo lindo que eran los ojos color miel del chico, lo delicioso de su aroma al natural, porque no pudo distinguir ningún perfume, lo atrayente que era su aliento. Lamentablemente, fueron solo segundos, en cuanto Justin la soltó todos los pensamientos negativos volvieron a su cabeza, y la escena de Matt ahorcándola se hacía de nuevo tan vívida, que no podía reprimir el dolor.
-¿Qué quieres hacer? -le preguntó Justin tomándola por sorpresa.
Sabía lo que él le estaba preguntando pero al mismo tiempo no alcanzaba a dimensionar el significado de esas palabras, ¿que quería hacer?, ¿quería divorciarse, quería armar un escándalo con la prensa, quería huir de regreso a casa de sus padres y no volver a pisar Estados Unidos nunca? En su mente divagaron las consecuencias de cada una de estas acciones y ninguna de éstas la satisfacía.
-Sólo quisiera saber qué demonios está pasando con mi vida. -murmuró sin poder contener las lágrimas por más tiempo.
-No tienes que hablar de lo sucedido si no quieres.
-Me golpeó, Justin.- contestó poniendo la cabeza entre sus piernas, para tratar de disimular el llanto, mientras sostenía su nuca entre las manos. -Yo solo estaba en su oficina escribiendo para poder entrar a trabajar con él y todo lo que hizo fue pegarme al ver mi libreta.
El guardaespaldas se sentó a lado de ella, sin tocarla. Guardo silencio un par de segundos antes de volver a articular palabra.
-¿Qué habías escrito en tu libreta?
-Cosas de la empresa, para poder estar preparada y entrar a trabajar.- explicó entre sollozos; de nuevo se produjo un silencio largo.
-Jossey, se que no es momento pero... -habló Justin después de meditar un poco -¿no crees que si reaccionó de esa forma cuando tú te metiste en sus asuntos es porque si tiene algo que ocultar? Y todas tus sospechas eran ciertas.
Jossette contuvo sus lágrimas por un momento, sorbió la nariz y se limpió las mejillas con las mangas de su suéter.
-Tú me dijiste que debía dejar ese tema de lado, que solo eran locuras mías.
-Nunca dije que fueran locuras, dije que podías estar malinterpretando las situaciones. Pero a como lo veo las cosas están así: Tú tenías un matrimonio en perfecto estado hasta que una noche entra un grupo de terroristas a disparar a tu casa, tu esposo ni se inmuta al respecto y desde entonces es mucho más precavido y callado con sus cosas, al grado de violentarte por meterte donde no, ¿me equivoco?- ella se quedó callada, en parte porque no había errores en los hechos que se pusieron sobre la mesa y en parte porque quedó perpleja de que Justin hubiese descrito estos hechos tan bien.
-Estoy tan perdida, si tienes razón y Matt oculta algo serio, ni siquiera tengo la mínima idea de que puede ser o dónde empezar a buscar.
-Suerte para ti tienes un ex policía con experiencia en investigaciones a tu lado.- exclamo Justin con una sonrisa de orgullo.
-¿Estarías dispuesto a ayudarme, de verdad?- exclamó perpleja.
Aunque tenía a Justin como pegoste a todos lados donde iba, no se podía decir que su relación fuera buena, él era muy callado, nunca le contaba nada de su vida ni decía más palabras de las estrictamente necesarias para su trabajo; además desde que se le metió la estúpida idea de volver a trabajar, rara vez había pisado fuera de la casa, por lo que la cercanía con su guardaespaldas había sido mucho menor. Lo veía merodeando por donde ella estaba pero nunca le dio la suficiente importancia. Ahora con esto no sabía como reaccionar, tener a alguien de su lado sería bueno sin dudas, y a un policía/guardaespaldas con experiencia era todavía mejor, pero no estaba segura de poder confiar en él, no sabían nada sobre su vida, sus intenciones.
Medito por varios minutos cuando Justin le ofreció formalmente su ayuda y visualizó todas sus opciones. Eran nulas. Por lo que no le quedó de otra más que tomar la mano del rubio en signo de que el pacto estaba cerrado y aceptaría su ayuda para descubrir que era lo que su esposo estaba ocultando con tanta vehemencia.
Quizá hubiera sido más prudente huir de ahí, volver a casa, pero después de todo, el amor inmenso que sentía por Matt no se podía desaparecer de la nada, se iba desgastando, claro, pero aún estaba ahí, doliéndole en el pecho con cada vez que cerraba los ojos y recordaba la mirada de odio que él le dirigía mientras la humillaba. Quería saber que pasaba con él, necesitaba explicaciones, motivos. No podría cerrar ese ciclo si no obtenía respuestas.
-Debería irme, no quiero meterte en problemas por estar aquí metida contigo.- murmuró Jossette, dispuesta a levantarse de la cama. Justin tomó la mano de la chica con agilidad, haciéndola voltear la vista hacia él.
-¿A dónde irás? -le cuestionó con un grado de preocupación en su voz.
-Yo, uuhm.- dudo nerviosa.- Dormiré en el sofá, o en alguna de las habitaciones de huéspedes. Estaré bien.
Justin se levantó con rapidez de la cama para estar a su altura, la tomó de ambos brazos y la pegó a sí. Ella estaba tan avergonzada que ni siquiera reclamó esa acción, y por mucho que tuviera en la mente, no podía negar lo agradable que era el tacto del chico.
-Quédate.