El resto de la semana se pasó en un pestañeo. Matt había querido compensar sus malas actitudes de modo desmesurado, no había ido a trabajar en todo este tiempo y no paraba de comprarle arreglos de flores, joyas, llevarla a cenas en sus restaurantes favoritos, e incluso había querido llevarla de vacaciones al Caribe, pero ella se negó poniendo de pretexto una reunión inventada con sus amistades. Este tiempo había sido más un suplicio que algo que debiera disfrutar para Jossette, además de no haber cruzado casi palabra con Justin por obvios motivos, no se sentía igual que antes estando a lado de su esposo, ya no era felicidad sino conformismo lo que la llenaba.
Por fortuna este suplicio parecía a punto de terminar pues mientras estaban mirando una película en la sala de cine de la casa, el teléfono de Matt comenzó a sonar, últimamente no contestaba, pero después de excusarse puso pausa a la película y salió de la sala para tomar la llamada; en buena hora, ella ya tenía mucho rato con ganas de ir al sanitario y no había podido. Se levantó de su lugar y fue hacia dónde el baño.
Después de hacer sus necesidades, estaba a punto de salir cuando no pudo evitar escuchar la voz de Matt, y su conversación por teléfono.
"Necesito que la encuentres, ha pasado demasiado tiempo y no hay muchos lugares donde se pudo haber metido.... Maldita sea me importan una mierda tus excusas, no tienes idea de lo que está en juego... Encuentra a la maldita puta o considérate muerto."
Por alguna razón, Jossette sintió un escalofrío cuando escuchó que Matt colgaba el teléfono y se sintió con la necesidad de esconderse hasta que se fuera, ¿de que iba todo aquello? ¿Encontrar a quién? ¿Hablaría en serio con eso de matar a alguien?
Sintió la imperiosa necesidad de hablar con Justin, pero no podría hacerlo ahora, y con Matt merodeando por la casa todo el día todos los días iba a ser aún más difícil.
Decidió salir del baño cuando no escucho más ruido, y camino de regreso a la sala de cine.-¡Ahí estás! Ven, preciosa.- la animo haciendo un espacio entre sus brazos para que ella se acomodara, le obedeció. -Mañana debo volver al trabajo, hay un par de asuntos que necesitan mi presencia, estarás bien ¿cierto?
-Claro, no te preocupes, de todos modos tengo que ir con los editores de Bazar, me hablaron para hacer un pequeño reportaje sobre mi ropa.
Él pareció estar contento, le gustaba presumir, y que su esposa apareciera en una revista y todo el mundo supiera que era de su pertenencia le llenaba el ego.
Al día siguiente, Jossette se levantó temprano para alistarse e ir a su cita con la editorial de la revista, harían una pequeña sesión de fotos y respondería un par de preguntas. Se sintió demasiado aliviada cuando al salir de la ducha la habitación estaba sola, al fin podía tener un momento de paz por su cuenta. Se tomó todo el tiempo necesario para hacer su rutina de belleza y no se molesto en maquillarse, no era la primera vez que salía en una revista y sabía que de todos modos la maquillarían en el set.
Salió de la habitación justo a tiempo, su guardaespaldas ya estaba embutido en su traje negro tan característico y de pie a lado de la puerta esperándola.
Cuando lo vio apresuró el paso lo más que pudo, hasta que al fin estuvieron a la altura.-Justin, al fin podemos hablar, necesito contarte de...
-¡Shh!- la calló, le hizo una seña de salir de la casa y siguieron en silencio hasta el auto, una vez arriba Justin prendió la radio y habló en murmullos. -¿Que descubriste?
-Nada, por desgracia,- respondió también en tono bajo, acercándose a él para escucharse mejor.- solo pude oír una llamada de teléfono que tuvo con no sé quién. ¡Detente en starbucks! Quiero mi café.
Justin se detuvo de golpe fuera de la cafetería, bajo del auto y lo rodeó para abrirle la puerta a la chica y ayudarla a bajar. Caminaron unos pasos y se volvieron a detener.
-Vamos, Jossey, dime de una vez qué pasó.
-¡Oh si, la llamada! Matt le pidió a alguien encontrar a una chica, creo, dijo algo así como que era muy importante hallarla o alguien terminaría muerto, pero supongo que lo dijo en sentido retórico, aunque se oía muy enojado.- contó mordiéndose el labio, toda esta situación le podía los nervios de punta.
-No pude decírtelo antes pero, desde que me contrató, Matt me pidió que te vigilara y le contara todo lo qué haces, al principio creí que era broma o exageración pero cuando volvió de viaje me pidió un detallado reporte de cada uno de tus pasos y por qué habías entrado a su oficina. Jossey, no estoy seguro de que todo esté tiempo haya querido reconciliarse contigo, me pareció más como que quiere tenerte vigilada por su cuenta. Y también presiento que tiene a más personal pendiente de tus movimientos y tus palabras, por eso debemos ser muy discretos.
-Déjame entrar por mi café por favor, todo esto es demasiado para sobrellevarlo sin cafeína.
Entraron a la cafetería por su shaken expresso, y volvieron cuanto antes al auto para seguir su camino hacia la editorial, todo el camino se fue casi en silencio, con la advertencia de que los podían estar espiando, a la chica se le fue todo deseo de conspirar en el auto. Una vez que los recibieron en la revista, pasaron a Justin a una sala donde pudiera estar sentado sin estorbar, y a ella la llevaron a peinado, maquillaje y vestuario. Se tardaron un par de horas en las fotos para que salieran perfectas, y después Jossette entró a la entrevista con la editora, las preguntas fueron en su mayoría sobre su atuendo, como sobrellevaba su vida (como si estar casada con un millonario fuera tan difícil), y al final se atrevieron a cuestionarle acerca del atentado en su casa, a lo que se limitó a responder que había sido un evento muy traumático y no recordaba nada de esa noche.
Después de varias horas volvieron a salir, Justin le propuso ir a un parque cercano donde todo fuera más público, ella aceptó.
-Estoy perdida, de verdad no se por dónde comenzar.- admitió Jossette dejándose caer en una de las bancas del parque.
-¿En serio, Jossey? Él te está enseñando el camino y tú ni siquiera te molestas en verlo.- se burló.
-¿De que estás hablando?
-Tenemos que espiar cada uno de sus pasos, así como él trata de espiar los tuyos.- respondió encogiéndose de hombros, como si fuera la cosa más simple del mundo.