Cap. 5: Instinto de protección...

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La noche había sido muy fructífera para el felino, Sesshoumaru había aprendido algunas cosas sobre los humanos que antes desconocía, había conocido el sushi y los acuarios subterráneos, había tenido una cita y había comprendido el significado de besar. Además, al separarse del joven Inuyasha, Sesshoumaru había conseguido hacer desaparecer algunos tanques de agua salada y había liberado a las tortugas, delfines y al tiburón, que no le dio las gracias. Los había visto perderse en el mar y les había deseado sobrevivir contra los humanos que tanto aborrecían.

“No todos son así” de pronto un pensamiento nunca antes imaginado llegó a él…”Claro que sí, que Inuyasha parezca diferente ¿lo hace diferente?” Aun dudaba… “Dije que confiaba en él…” se estremeció. Era de día cuando llegó a su cuarto de hotel, se dejó caer en la cama, exhausto, se transformó… creyó que si volvía a su cuerpo animal, su corazón dejaría de sufrir, su mente dejaría de pensar, su cuerpo dejaría de doler… pero era inútil….

Su conciencia seguía despierta… “Creo lo que dice, no como un acto ciego, creo en lo que dice porque  sé cuándo mienten, y no me ha mentido. Confió en que no quiere hacerles daño a los animales porque no lo hizo conmigo. ¿Eso lo vuelve un hombre de fiar? Sería el primero…”cerró sus ojos y dio un pesado suspiro… seguido de un gruñido parecido al malestar de su confusión…

“Buyo dijo que Inuyasha gusta de los machos… ¿le gusto yo? Si fuese eso… ¿Por qué no me irrita como siempre?...Los humanos me repugnan…entonces ¿Por qué besé a Inuyasha? Nunca entendía porque se besaban los humanos, aunque no me molestó… ¿debería molestarme? La sólo idea de que otro humano me toque me llena de irritación, entonces ¿Por qué? ¿Qué tiene él de especial? ¿Por qué no me molesta tocar a Inuyasha ni que me toque?”

Su mente estaba inundada de Inuyasha, aun después de tan exitoso escape del acuario, él sigue pensando en la cita…no sólo su mente, su olor, emanaba un dulce y sutil aroma a Inuyasha que no le molestaba en su cuerpo, aun transformado, su pelaje huele ligeramente a Inuyasha. “Lo mejor es alejarme” decidió, estaba bajando la guardia contra el enemigo, pues para él, todos los humanos lo son.

Inuyasha, por su parte, se levantó lleno de energías renovadas, estaba feliz, franca y genuinamente feliz; sentía su corazón acelerado y la sonrisa en los labios, con la que durmió, seguía dibujada en ellos sin alteración alguna. Se levantó de un salto de la cama, puso música, se deshizo de sus ropas y se metió a bañar, tarareaba la canción, un soundtrack de una película americana sobre box, “Ojo de tigre” se llamaba, y le dio risa la ironía.

Sus energías se habían reparado de forma casi mágica. Buyo lo notaba, le esperaba, acostado sobre la cama, movía la cola con una curiosidad inusitada. Buyo  nunca vio a su amo tan emocionado por otro macho como ahora.

Sesshoumaru dijo que no iba a comerse a Inuyasha…pero no se puede confiar en un gato…yo lo sé, siempre digo que no voy a rasgar el sillón, o que ya no voy a aterrorizar al canario de la vecina pero vuelvo a hacerlo. ¿Qué planea un tigre en la ciudad? ¿Qué quiere de Inuyasha?... Inuyasha es mi dueño, no debería traer más gatos, pero él no lo sabe…los humanos no entienden nada de nada. Por eso sus vidas son tan largas, tardan mucho en aprender…

Inuyasha salió del baño, con la toalla alrededor de su cintura y el cabello escurriendo de agua…

-          Buen día Buyo chan – le sonrió al gato

-          Nyan – Buyo respondió, Inuyasha seguía cantando y se vestía bailando al ritmo de “Mr. Bright Side” de The Killers… Buyo lo miraba extrañado…

-          He takes off her dress…now let me go… - Inuyasha sonreía, saltaba, cantaba, movía su cabellera plata por la habitación – destiny it´s calling me…. Opening my Eagle eyes, cause I´m mister bright side… it was only a kiss! –Inuyasha casi nunca prestaba atención en su ropa para ir a trabajar, pues era escondida debajo de la bata, pero ahora se sentía diferente, si Sesshoumaru iba al zoo quería recibirlo de forma adecuada. Incluso desempolvó sus viejas batas con estampados y colores, ya después se entendería con Naraku y su política restrictiva de sólo batas blancas. – Buyo chan toma – IUna vez estuvo vestido, nuyasha vació una lata sabor caballa para el gato - ¿acaso no le dijiste a Sesshoumaru que querías caballa? – le dijo sonriéndole, Buyo saltó de gusto, directo al plato… quizás no es tan malo el tigre, pensó Buyo devorado la comida mientras Inuyasha lo acariciaba – pórtate bien… nos vemos a  la noche – Inuyasha salió, respiró el aire, miró al cielo ¿hace cuánto no lo hacía? Quien sabe, el tiempo le parecía maravilloso. Todo tenía otro color, uno más vívido y atrayente. Nada de eso era nuevo, era simplemente que ahora estaba enamorado. La enorme sonrisa de idiota que no puede quitar lo delataba.

Animal Instinct: atracción letal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora