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El día Jueves siempre era un día de locos para Emilio, tenía su primera clase a las 8:00 am luego tenía un pequeño descanso para almorzar a las 14:00 hrs, luego sus clases continuaban hasta las 16:30, generalmente salía de allí e iba al gimnasio del campus por 1 hora, se duchaba, tomaba 30 minutos de descanso y avanzaba en algún proyecto pendiente ó revelaba las fotos de las sesiones fotográficas que hacía.

Un señor de unos 40 años le rentaba por unas horas su sala de impresión para que sacara los trabajos pendientes, pero tenía disponibilidad sólo los Jueves. Así que sí, los días Jueves eran un colapso de mierda  para Emilio.

Pero éste Jueves lo sentía distinto, a pesar del estrés que siempre le produce éste día, hoy se siente diferente, y cree que se debe a que ha estado enviando mensajes con Joaquín durante toda la mañana.

Cuándo tuvo su descanso para almorzar se encontró con Diego, y conversaron animadamente, pero no pudo evitar desconectarse por momentos de la conversación para responder los mensajes de Joaquín

— Ok Osorio, dime ahora con quién te estás mandando mensajes — dijo el castaño riendo.

Emilio levantó la vista y lo miró cómo si no estuviera realmente emocionado.

— Es sólo Joaquín — dijo encogiéndose de hombros. .

Diego lo miró por unos segundos en silencio.

— ¿Estás otra vez en ello? — preguntó curioso

Emilio inmediatamente sintió pánico de ser descubierto reviviendo su enamoramiento adolescente.

— ¿A que te refieres?

— Tú sabes a lo que me refiero Emilio — el rizado lo miró confundido — escucha...cuándo él se fué me resultó bastante evidente tus sentimientos ¿Bien? Tuve mis sospechas por un tiempo, y luego él se fué y tú simplemente te apagaste.

— No sé de que hablas — negó con una sonrisa nerviosa.

Diego rodó los ojos.

— Sólo...cuídate ¿Si?

Emilio no lo miró, intentando centrar toda su atención en los últimos bocados de su comida, pero luego de un momento en silencio asintió.

— Estaré bien.

Diego no lo presionó, no volvió a preguntar y comenzó a hablar sobre una chica con la que quiere salir, cómo si jamás hubieran hablado de los sentimientos de Emilio y el rizado lo agradecía. 

Cuándo finalizaron sus almuerzos ambos se despidieron para retomar sus respectivas clases.




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Emilio ingresó a su salón de clases y en cuánto tomó asiento sintió su celular vibrar, lo sacó de su bolsillo y la comisura de sus labios se elevó instantáneamente al leer.

Si Me Amaras // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora