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Maratón 1/?





El día domingo Emilio nuevamente faltó a su almuerzo familiar, tiene muchas preguntas para Eduardo y no cree estar listo para las respuestas.

Pero ya que está de vacaciones y su madre es realmente insistente con el tema, vá a almorzar el día Miércoles, pero en cuánto entra a la casa se sorprende.

La sala está repleta de cajas y Diego está allí, sudado y reclamando sobre el peso de las cajas.

— ¿Hola? — saluda Emilio con una sonrisa confundida.

— ¡Osorio! — saluda Diego con gran sonrisa — No pensé que vendrías — dijo acercándose para saludarlo con un abrazo.

— Vine a almorzar — dijo con el entrecejo fruncido mirando a su alrededor — ¿Qué haces aquí? ¿Qué es todo ésto?

— Eduardo — dice Diego en un susurro — me pidió ayuda y ya que tú me pediste no dejarlo sólo — se encogió de hombros — aquí me tienes.

— ¿Se mudó? — preguntó sorprendido.

— Me pidió la casa y dado que sus padres la compraron, tomé mis cosas y me vine — dijo Lalo saliendo de la cocina — Me alegra verte — dijo con una sonrisa triste.

Sus ojos estaban rojos, a distancia se notaba cuánto había llorado.

— Lo siento ¿Está mamá?

— Fué a comprar unas cosas, pidió que la esperes.

— Bien — asintió — Oye Diego ¿Qué tal todo para el sábado?

— Excelente, será de disfraces. Quién no vaya con disfraz no entra — sonrió — ya están advertidos.

Ambos hermanos se quejaron a la vez.

— Ahí estaré — aseguró Emilio.

— Bien... ¿Tú irás? — preguntó el castaño a Lalo

— Claro — dijo intentando dar una sonrisa.

Diego notó el ambiente tenso en cuánto se quedaron en silencio y decidió que era mejor darles un tiempo a solas.

— Yo ... Iré a comprar un...¡Agua! Con tanta caja he quedado sediento — suspiró caminando hacía la puerta — los veo en un rato — se despidió y salió de la casa.

Emilio enseguida caminó hacía las escaleras para ir a su antigua habitación, pero Lalo se acercó a él casi con desespero.

— ¿Podemos hablar? Por favor.

Emilio lo pensó un momento, y decidió que si había escuchado a Joaquín, tenía que escuchar a su hermano.

— Bien — asintió

Ambos subieron a la habitación, Emilio se sentó en la cama y miró a su hermano esperando escuchar todo lo que él quisiera decir.

— Primero quiero pedirte disculpas...por no decirte nada antes, yo...no quería dañarte...con Joaquín tuvimos algo muy breve, yo era estúpido y lo hice porque no quería perderlo, en ese entonces pensé que ambos teníamos mucho en común — se encogió de hombros — lo único que me detenía a tener algo con él era la nula atracción hacía los hombres y mierda... tenía sólo 15 años, pensé que si lo intentaba podía realmente cambiar de parecer y sentir algo por él, fué un error...un horrible error, en ese entonces tú aún eras un niño y yo no había notado lo que sentías por él, fué 1 año después cuándo noté cómo lo mirabas y no quise decirte nada porque no lo sentí importante, él seguía siendo mi amigo y habíamos cerrado ese capítulo... No quería que te sintieras mal y claramente no fué la mejor opción callarlo.

Si Me Amaras // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora