15

216 36 13
                                    


Emilio y Felipe no volvieron hasta el día Martes, estaban felices, las fotografías que consiguieron fueron increíbles. Por supuesto tuvieron sexo y fué cómo siempre, asombroso.

Cuándo llegaron al edificio de Emilio, el rizado iba a bajar rápidamente, pero Felipe lo detuvo.

— ¿Ese que está de pié en la entrada es Joaquín? — preguntó, ya que recuerda haberlo visto cuándo recogió a Emilio.

— Si.

— Bien, montemos un puto espectáculo — le guiñó un ojo y bajó del auto.

Emilio negó riendo y en cuánto abrió la puerta, Felipe estaba allí, con una sonrisa.

— Ya nos está viendo — susurró Felipe y puso una de sus manos en la nuca de Emilio y lo acercó a él para comerle la boca.

Emilio correspondió enseguida y lo acercó más tomándolo de las caderas.

— Definitivamente eres mi Osorio preferido — dijo Felipe con esa risa malditamente encantadora.

Emilio negó y tomó su bolso para ir a dónde el castaño lo esperaba.

Caminó lento mientras escuchaba el auto de Felipe partir, en realidad no quería llegar dónde Joaquín.

Pero el castaño acortó la distancia y caminó hacía él.

— Te he llamado mil veces...

— No tenía señal dónde estaba — interrumpió Emilio.

— Algo así me dijo Diego... Emilio, no es lo que tú creíste yo te juro...

— ¿Podemos hablar arriba? Vengo malditamente cansado.

El rizado no esperó una respuesta y pasó junto a Joaquín para llegar a su apartamento.

La frialdad con la que Emilio lo trataba, lo estaba matando.

Cuándo entraron al apartamento, Emilio dejó su bolso en el piso, se sentó en el sofá recostando su cabeza en el respaldo y cerró los ojos.

— Emilio, lamento mucho lo que pasó el sábado. Yo te juro que las cosas no son cómo piensas, debí decir algo en ese momento y lamento mucho no haberlo hecho, pero estaba sorprendido y arrepentido...

Emilio se enderezó en el sofá y miró por primera vez a Joaquín.

—... Sólo fuí porque no supe decirle que no, se había quebrado la muñeca ebrio y fuí porque es mi amigo, nada más. Lo que pasó entre nosotros, yo quería que pasara contigo Emilio. Lo juro.

El rizado lo miraba atento y se odiaba por creerle todo tan rápido, odia sentir deseos de acercarse a él y rodearlo en un abrazo.

— Por favor Emilio — pidió Joaquín — tienes que creerme... Llevo 3 días viniendo aquí sólo para ver si volviste, te intenté llamar en cuánto te fuiste de aquí.

— Yo jamás te habría hecho eso, no importa quién me habría llamado...yo, no te lo habría hecho a tí ó a cualquier otra persona ¿Tanto te costaba llamarme y decirme que acompañarías a Lalo?

— Él... No está pasando un buen momento, no quería que tú supieras nada. Lo siento mucho Emi, por favor... No arruinemos algo que aún no empezó.

— ¿Qué le pasa a mi hermano? Al parecer estás más enterado tú que yo, así que si pudieras decirme, lo agradecería.

Joaquín lo pensó un momento.

— Se está divorciando de Sol, no quiere decirle a nadie, porque cree que aún pueden solucionarlo.

Emilio arrugó el entrecejo y asintió en silencio. Era evidente que algo pasaba entre Eduardo y Sol, pero él no pensó que hablaban de divorcio

Si Me Amaras // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora