Una buena decisión (LawRusso / Kiaz)

Posibilidad

<<Esto tiene que ser una puta broma>> pensó Johnny entrando en pánico.

¿Qué cojones hacia Daniel LaRusso allí? ¿Cómo lo había encontrado? ¿Por qué, joder, por qué? ¿Por qué la vida no le daba un puto respiro?

_ Hola, Johnny – no pudo contestar a su saludo y eso pareció poner al moreno nervioso -. Espero no venir en mal momento. Puedo...puedo irme y volver cuando...

_ ¡No! - dijo de repente sorprendiéndose a sí mismo - Es solo que yo... tú... ¿Qué haces aquí?

_ Necesitaba verte – soltó sin dejar de mirarlo de una forma extraña -. Te llamo o te escribo y no me contestas. He ido a tu casa varias veces, pero nunca estas. Si le pregunto a Robby o a Miguel, ninguno suelta prenda.

_ ¿Entonces como sabias dónde estaba?

_ Me lo contó un amigo en común.

_ ¿Un amigo? - intentó hacer memoria, recordar a que personas conocían ambos y que supiera de su nuevo trabajo, pero la presencia repentina de LaRusso lo tenía aun en shock.

_ ¿Con quién hablas? ¿Le pides ayuda al señor para que aplaque la vida sexual de Robby? - Bobby apareció aun con el móvil en la mano y una sonrisa imborrable - ¡Vaya, Daniel! ¡Pero qué agradable sorpresa! - dijo el pastor con el tono más falso que le hubiera escuchado jamás - ¿Cómo tú por aquí?

_ ¡Serás hijo de...! - gruñó ofuscado cuando el pastor señaló la cruz en la pared recordándole donde estaba - ¿LaRusso es el "viejo amigo" con quien has estado quedando estas últimas semanas?

_ Pues sí.

_ ¿Desde cuándo sois amigos? - preguntó aun alucinado.

_ Desde que somos dos hombres adultos capaces de sentarnos a hablar. Cosa que os vendría bien a vosotros - explicó acercándose al rubio tendiéndole unas llaves -. Son de la casa de huéspedes que estuvimos arreglando ayer, allí estaréis cómodos y tranquilos.

_ Esto – susurró sujetando la mano de Bobby para que no se alejara -, no voy a perdonártelo fácilmente.

_ Habla con él, Johnny – dijo en el mismo tono -. Veo tu cara cada día, si de verdad quieres pasar página, tenéis que aclarar ciertas cosas.

Cerró los ojos algo agobiado. Su plan para hoy era trabajar, quejarse un poco de su hijo y se suponía que salir a tomar algo con su amigo. ¿Por qué tenía que complicarse todo?

_ Vamos – se dio la vuelta con el ceño fruncido caminando hacia la puerta.

_ ¡Suerte, Daniel! - gritó Bobby antes de que salieran - ¡La vas a necesitar con el humor que tiene hoy!

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Llevaban más de diez minutos dentro de la pequeña casa de huéspedes, sentados en la mesa, con un vaso de agua delante de cada uno y sin saber que decir.

El peso de saberse solo con Daniel había aplastado a Johnny por completo. Para él, ahora mismo mantener una conversación con el otro era algo impensable. No estaba preparado. Se suponía que no volvería a verlo. Se suponía que había empezado de cero, que todo iría bien al dejarlo atrás.

¿Por qué no podía salirle nada como quería?

_ ¿Quién es la señora Porter? - preguntó LaRusso de repente.