"En Revolución."
━━━━━━━━━▼━━━━━━━━━
Tenía cinco años cuando mi madre me leyó, con un ojo amoratado y el labio inferior roto, un cuento acerca de un niño pequeño que se pierde en el bosque.
Durante días duerme a la intemperie y camina en círculos erráticos, aterrado por el sonido que le persigue a cada paso, llorando al no poder encontrar su hogar. En el momento en que se da por vencido y decide dejar de buscar, en el momento en que decide enfrentar el miedo que le causa el resonar a su espalda, se da la vuelta y la ve: la puerta roja, las rejas blancas, las gardenias en las ventanas. A cada paso, a cada metro, su hogar lo seguía arrancado desde los cimientos, sin abandonarlo jamás.
Aquella noche soñé que yo era ese niño en el bosque y que corría intentando huir de de la casa de Tobías, que me seguía de cerca intentando aplastarme; las ventanas iluminadas eran ojos furiosos y amarillos, la puerta negra una boca sin dientes que amenazaba con devorarme. Me tomó semanas convencerme de que según las leyes físicas de los muggles y las leyes primarias de la magia, las casas no perseguían a sus habitantes.
Me tomó mucho más tiempo darme cuenta de que una casa no es necesariamente un hogar.
Mi hogar se mueve y camina con piernas largas y pasos suaves de mujer. Tiene por ventanas dos orbes de miel que emiten tanta luz que hay que entrecerrar los ojos para mirarla de frente. Mi hogar tiene un lunar en la comisura de la boca y otro más, del color de las ramas de canela, en la piel fina de la ingle izquierda. Mi hogar se muerde la falange de un dedo índice para no gritar cuando está por alcanzar el orgasmo. Luego tiembla entera y ríe de alivio, de saciedad, y sé que así debió resonar la primera risa del mundo. Mi hogar parece pequeño desde afuera, pero el tiempo me enseñó que uno fácilmente puede perderse en su interior. Por eso tuve que memorizar cada milímetro, cada rincón que habito desde las puntas de su cabello, desde sus pecas tostadas por el sol hasta sus tobillos finos, hasta los dedos diminutos de sus pies. Por eso aún sin verla puedo sentir cómo se aproxima sin hacer ruido, cómo me sigue de cerca, cómo no me abandona jamás.
El silencio es una sustancia espesa y se derrama por toda la habitación. Pesa en los tímpanos, resuena más que el fragor de la batalla. El silencio es la antesala de la muerte, y la muerte trastoca el tiempo, y el tiempo al pasar taconea sobre el silencio. Es un círculo de vicio que sabe sólo de una dirección, que no conoce vuelta atrás.
Basta un segundo de silencio para arrepentirme de todos los días, de todas las horas en que la quise callar.
—... y luego dijo que quizá, si yo me arreglaba el cabello, podría llegar a ser 'ligeramente atractiva', ¿puedes creerlo? —parloteabas contra mi cuello, tus dedos finos jugueteando levemente con el vello bajo mi ombligo.
—Podría creer cualquier cosa, Hermione... —te dije al oído—. Lo único que me resulta difícil de creer es que no seas capaz de dejar de hablar ni siquiera por un solo segundo, por Merlín.
Abriste la boca despacio y frunciste el ceño en un gesto dolorosamente ofendido, poniendo distancia entre tu cuerpo y el mío.
—Jamás volveré a decirte nada, Snape.
—Si con eso puedo ahorrarme las opiniones estilísticas de las señoritas Brown y Patil, creo que podré sobrevivir.
No respondiste, pero cruzaste los brazos sobre el pecho desnudo y las mejillas se te inflaron levemente de enfado alrededor de los labios rojos y fruncidos.
—¿Qué? ¿Ya no me hablarás?
Negaste con la cabeza mientras yo suspiraba y me levantaba de la cama poniéndome la ropa interior.
ESTÁS LEYENDO
𝘾𝙝𝙖𝙣𝙜𝙚𝙨 𝙖𝙣𝙙 𝙀𝙫𝙚𝙨 -Severus Snape
FanfictionSevmione_ ✏ By Strangelet User or FanFiction.Net Traducción By Diana_Vreenak