Londres, High Garden, Mansion Morgan.Con una sonrisa divertida Reece decidió meterse un poco con su hermanito -¿Nervioso, Ken?- acomodándose mejor en el sillón, cruzo su pie encima del otro -Mi Florecita estará en breve aquí no te sulfures hermano- termino con una mirada burlona en la dirección de su sobrino, encontrando un deje de diversión en los ojos de este.
Burlándose para sí mismo, Alex abrió la boca para responderle, siendo parado por la voz de una de las empleadas anunciando la llegada de sus invitados.
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Ante la llegada de sus invitados, los dos Morgan se levantaron a la espera de que entraran a la sala. Escuchando el sonido de los pasos, los tres miraron expectantes la entrada del salón.
Christopher examinó de arriba a abajo a Perse empapándose de su belleza. Repasando cada detalle de la mujer se le secó la boca ante el espectáculo que era, ese mono parecía una segunda piel en su cuerpo, el top solo acentuaba aún más esos pechos, aquellos que había estado soñando despierto desde esa mañana. Cuando miro su cara reparo en que no llevaba ni una pizca de maquillaje y se dio cuenta de que no le hacía falta.
Dando un paso hacia sus invitados, Alex le tendió la mano a Rick saludándolo -Rick, que bien que ya llegaste- mirando a Persephone le dio una leve mirada a su cuerpo, no podía negar que la joven era hermosa.-Persephone estás preciosa esta noche.-dando un paso atrás dejo que su hijo y hermano pudieran saludar a sus invitados.
Mirando al rededor con aburrimiento, Perse dirigió su atención al Ministro -Lo sé.- se encogió de hombros.
Reece conociendo su famosa frase de dirigió hacia ella, dandole un gran abrazo -Florecita, estoy tan contento de que estes aqui, ¿que tal todo?, ¿necesitas algo?. Si necesitas algo no dudes en pedirme pequeña- termino para soltarla del fuerte abrazo que la tenia prisionera.
-Nos vimos esta mañana Reece, todo bien supongo.- responde simplemente sin darle mucha importancia al asunto -Comida, necesito comida, por favor y gracias.- exclamó con su ya tan famosa coletilla poniendo una de sus manos en su barriga para enfatizar que estaba hambrienta.
Sintiendo que sus celos de padre volver otra vez, como cada vez que veia a Reece y Persephone interactuar juntos. -No te preocupes Morgan, si a mi bebe le pasa algo o necesita cualquier cosa aqui esta su padre- con resentimiento fulmino con la mirada al Morgan mayor.
Levantando los brazos en son de paz, le envió un guiño a Perse.
Christopher, viendo que era totalmente ignorado, decidió que ya era hora de empezar su plan.
-General James- saludo con asentimiento al hombre, para pasar su atención a su hija -Coronel Christopher Morgan, es un verdadero placer tenerla con nosotros- tendiéndole la mano, espero hasta que Perse se la diera para una vez echo llevársela a sus labios donde dejo un beso sin apartar la mirada de sus ojos.
Este gesto no paso desapercibida para los tres espectadores, ganándose a sin dos miradas de odio y una de desconcierto por la actitud y ación del Coronel.
Rick como todo padre celoso odio que este... hombre se acercara tanto a su bebe y más viendo como la había mirado hace escasos minutos.
Alex por qué sabía las intenciones de su hijo y no permitiría que se saliese con la suya, no mientras pudiese.
Reece... Reece no sabía que sentir, por una parte, estaba contento por dos de las personas que más amaba se estaban conociendo y en el mismo espacio, pero... conocía a su sobrino y esa actitud solo conllevaba a una cosa. ❮ Já buena suerte Muñequito la vas a necesitar para mi Florecita. ❯
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Una vez ya en la mesa, los empleados empezaron a servir la comida. Con Alex a la cabeza y Reece y Rick a sus lados, eso dejo a Chris enfrente de Perse.
Los “adultos” de la mesa empezaron una conversación que los otros dos ignoraron, uno para prestar atención a la belleza enfrente suyo y la otra para centrar todo de sí en la comida. El anfitrión de la velada centro su atención a la única mujer de la mesa.
-Y dime Persephone, ¿qué tal tu vuelta a Londres?- pregunto interesado en comenzar una conversación con ella.
Encogiéndose de hombros, levanto la mirada de su plato para dirigirla al amigo de su padre - Meh- la simple exclamación trajo una sonrisa a Chris, que oculto con su vaso. Mirando a Reece rápidamente ante el repentino pensamiento, declaro dejando a todos en la mesa sin palabras -He decidido tener un hijo o hija, no me importa el género- Volviendo a su atención al plato, no vio la relaciones de los demás.
En ese momento Cell sintió el verdadero terror...
Rick sintió que el alma abandonaba su cuerpo, tuvo que agarrarse a la mesa para no caer redondo al suelo.
Alex quedó más blanco que un fantasma, sus ojos parecían dos pelotas de golf. Digno de una foto.
Reece se atragantó con la comida que acababa de meter en su boca, dándose golpes en el pecho por un momento pensó que había escuchado mal, pero al ver las reacciones de los otros se dio cuenta que no.
Y Christopher...
Christopher se tiró de cabeza a los leones, saliendo del shock soltó lo el primer pensamiento de su cabeza -Yo podría ayudarte- la miro con una mirada pícara llena de lujuria.
Antes de que cualquiera de los tres reaccionarán a la frase de Chris, Perse miro con interés al Morgan menor para preguntarle con curiosidad -¿Sabes donde puedo adoptar a un perrito aquí en Londres?, o ¿te refieres a ayudarme con los papeles de adoptación?- ladeando un poco la cabeza mira fijamente a Christopher.
Esa declaración solo causo que el alivio inundara a los otros tres. Rick sintió que volvió a la vida, miro con algo de reproche a su hija por el susto. -Bebe, no deberías haberlo dicho de esa manera- viendo que su niña lo miro confundida intento explicar. -Pensé que querías... Sabes que dejarlo no es nada mi amor- acariciándole el pelo dio por finalizada la explicación, no quería meterle esos pensamientos a su hija en la cabeza. Dios le libre...
Sintiendo que el color volvió a si, Alex se aclaró la garganta -¿Tienes pensado algo en concreto?- después de tragar agua Reece se recuperó la compostura para reírse nerviosamente. -Si es a sin, yo conozco un adiestrador muy eficaz- dijo para recordar a dicho hombre, el cual había entrenado al pero de su hijo, Zeus.
Aunque Christopher sintió decepción ante como resulto la situación, no se desanimó, no... esto solo era una oportunidad para acercarse a ella -Si, si quieres puedo llevarte a un par de ellos, si lo que quieres es adoptar. Conozco algunos.- comento con la intención de que pudieran estar solos los dos, sin padres celosos o entrometidos o tíos chismosos.
Hola queridas, ¿como están?
Espero que le haya gustado.
Quiero dar una vez más las gracias por vuestro apoyo y cariño.
Nos seguimos leyendo pequeñas pecadoras.
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彡𝘈𝘭𝘦𝘹𝘪𝘵𝘪𝘮𝘪𝘢彡
RomanceFanFiction de Pecado Placentero Todos los derechos reservados a Eva Muñoz