Capítulo 12

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Addy

El hermosísimo día de la reunión entre líderes y sus herederos, ha llegado.

Se supone que el día de hoy por fin conoceré a todos los demás herederos. Teniendo en cuenta que conozco a Alma, Sam y Evan, me faltaría conocer al chico que me rompió el corazón sin querer.

Ted.

Increíblemente conoceré a Ted después de que este tenga pareja. Aún me rompe esa situación, aún me lastima poder conocerlo en estás condiciones, pero en fin, en estos momentos no estamos para el amor, ni para un mundo de unicornios y arcoiris.

Hoy por fin el lugar climatizado para Alma está listo, un mini lago.

Quiero ver su reacción antes de irnos a la reunión.

Camino a su habitación para sacarla de ahí y llevarla al lugar. Estoy segura que estará más que encantada.

—¿Alma? –Toco su puerta.

No escucho absolutamente nada, sólo silencio. No sé si es la preocupación por todo lo que Alma ha pasado en toda su vida, pero algo me hace entrar sin esperar invitación.

Entro y la busco, no está en la habitación.

Me preocupa donde pueda estar, ella no suele salir de la habitación sin mí.

El único lugar en el que puede estar es el baño. Tal vez solo se está dando un baño y yo aquí preocupándome por nada. La llamo, pero de nuevo no responde. Toco la puerta y sigo sin entender por qué no responde, no es como si el baño estuviera a prueba de sonido. La puerta no tiene seguro, así que a punto de romper la barrera de confianza, decido entrar.

—Mierda.

No me creo lo que estoy viendo.

Mi Alma.

Mi Alma está pálida, tiene unas cortadas profundas en las muñecas. Todo el baño parece una puta carnicería.

La sangre está por todas partes.

—¿Alma? –Me agacho y la tomo entre mis brazos.

Esto no puede estar pasando.

La acurruco en mi regazo.

Ella intentó... Ella de verdad lo intentó hacer.

—Alma, estarás bien.

Busco en lo más profundo de mis poderes e intento curarla.

Ella de verdad que intentó suicidarse.

Llegué a tiempo, llegué antes de que pudiera ser irreversible.

—¡Guardias! –Grito al borde de las lágrimas.

Escucho como corren, pero lo único que me importa es Alma, mi hermana.

Busco mi magia de curación, me cuesta encontrarla de la impresión, pero lo logro.

—Heredera, ¿Qué ocurrió? –Escucho a un guardia.

Tengo que pensar frío, debo salvar a Alma.

—Preparen la enfermería del palacio, tráiganme una camilla. Tienen que ser rápidos, solo le quedan pocos minutos. –Los guardias corren a buscar todo lo que les pido.

Las lágrimas que estaba aguantando deciden ser rebeldes y salen de mis ojos.

—Estarás bien, Alma. Lo prometo. –Le susurro.

Uso mi magia para detener la hemorragia provisionalmente.

Los guardias llegan con la camilla y la coloco en ella. Mientras vamos a la enfermería pido que llamen a mis padres. Cuando llegamos me encargo de curarla, los de Tierra tenemos el poder innato de ser sanadores.

Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora