El Renacimiento Del Fenix ( Mahidevran X Mehmed )

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-Soy la sultana Mahidevran Gülbahar, nací en 1500, cuando cumplí doce años fui regalada al harén de Süleyman, cuando aún era un príncipe. Un año más tarde, dí a luz a un príncipe, Mustafa, mi bello hijo. Süleyman ascendió al trono cuando tenía catorce años, al mismo tiempo yo también ascendí, pase de ser favorita a ser una sultana.

- A mis diecisiete años, el sultán se casó con la serpiente rusa, Hürrem, la esclava que llegó de Rohatyn. Aún recuerdo cómo mi corazón se rompía ante tan desagradable noticia.

- Perdí a mi hijo, Mustafa, todo por culpa de mi imprudencia, si tan solo hubiera educado bien a mi hijo, no hubiera partido de este mundo, tan joven.

- Un año más tarde se dió a conocer una grave enfermedad que padecía el sultán, luego de tres meses dejo este mundo.

- Fidán, es hora, el sultán ha muerto, y Mehmet ha ascendido, como la ley estipula, debo partir hacia el palacio de lágrimas, prepara mis cosas.

- Si sultana. - la muchacha empezó a empacar los vestidos y joyas -

De pronto entro la encargada del harén.

- Sultana,el Sultán, desea verla.

- El sultán desea verme?...... Bien iré.

Mahidevran salió de sus aposentos, para ir hacia el encuentro del nuevo sultán.

- Sultán, la sultana Mahidevran ha llegado.

- Bien, déjala pasar.

- Sultán - hice una reverencia - deseaba verme?

- Así es sultana, quiero proponerle algo...

- Qué cosa majestad?.

- Mahidevran.... quiero que seas parte de mi harén y mi esposa legalmente..

Qué es esto Alá? Qué acabo de escuchar?

- Su majestad con todo respeto, no me está gustando está broma.

- Es la verdad, hace años que estoy enamorado de usted, Mahidevran, déjame aliviar tu dolor, por favor, acepta ser mi esposa.

- Sultán, observe, soy una mujer vieja, no creo que pueda darle hijos.

- Mahidevran - acarició su rostro - aún eres joven, podrás tener muchos hijos.

- Voy a aceptar esto, solo porque quiero un nuevo comienzo en mi vida, así que, seré tu esposa.

- Me alegro que hayas aceptado - sonrió - te prometo que no sufrirás más.

- Eso espero - susurró -