–Mahidevran, me alegra volver a verte, cómo has estado?
–El sentimiento es mutuo Sultana, he estado bien y ustedes? Qué tal el viaje?
–Estamos bien, el viaje fue tranquilo.
–Sultana, dónde está el sultán? -pregunto Ibeke-
–Nuestro Sultán está ocupado, pero las vera después.
–Pense que usted estaría en el palacio de lágrimas.
–Mi esposa permanecerá conmigo, princesa.
De pronto apareció Mehmed, a lo que las tres mujeres hicieron reverencia.
–Su esposa? -pregunto confundida -
–Ibeke, Mahidevran es la esposa de su majestad -hablo Hatice-
–Pido una disculpa, no sabía sobre su matrimonio.
–No te preocupes prima, será mejor que entremos, mi esposa preparó una fiesta por su llegada.
Los cuatro entraron al palacio, Mehmed no pudo acompañarlas, porque aún tenía asuntos que atender.
–Me gustaría conocer al hijo del Sultán -dijo Hatice sonriendo -
–Diste a luz al hijo del Sultán?
–Si, le he dado un varón a nuestro Sultán.
Despues de esas palabras llamo a Fidán para que trajera a Selim.
–Sultana, princesa, les presento a Selim, mi hijo.
–Es tan hermoso, es igual a sus padres -sonrio-
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–El primer hijo del Sultán es apuesto -sonrio Ibeke-
–Si es muy guapo, como su padre, pero no es el primer hijo de nuestro Sultán.
–Hay otro principe -pregunto Ibeke-
–Si, se llama Bayaceto, es hijo de una concubina.
–Entiendo, Sultanas, si me lo permiten quisiera ver a la Sultana Mihrimah.
Ambas asintieron al pedido de Ibeke, la joven rápidamente salió de los aposentos para dirigirse a la dirección contraria de los aposentos de Mihrimah. Ibeke se dirigía a los aposentos de Mehmed, una vez llegó ordenó a los guardias que el Sultán la esperaba, a lo que ellos le dieron permiso de entrar.
–Ibeke, qué haces aquí?
–Venia a visitarte primo, hace años que no nos vemos - se acercó a el a paso lento - Mi señor, quiero pedirle algo.