El Renacimiento Del Fenix ( Mahidevran X Mehmed )

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–Mi señor -reverencio- le pido que me disculpé, no pensé muy bien en ese momento, la ira me cegó.

–Mahidevran, tu osadía no tiene perdón, has golpeado al Sultán del mundo, eso es algo imperdonable, pero te perdonaré por nuestro hijo.

–Mi Sultán gracias, esto no volverá a suceder -Beso la mano contraria-

– Porsupuesto que no va a volver a suceder, porque ahora dejarás este palacio y te irás a Edirne, empaca tus cosas -Despues de esas palabras, Mehmed abandonó la habitación-

Mahidevran cayó al suelo llorando, preguntándose, porque la dejaba si era su esposa, madre de su hijo, el amor de su vida, porque la abandonaba.

A la mañana siguiente todo el harén estaba confundido, pues la noticia de que el Sultán Mehmed había ordenado que su Haseki fuera enviada a Edirne inmediatamente.

–Al parecer la sultana Mahidevran hizo algo grave para que el Sultán decidiera mandarla a Edirne - hablo una de las muchachas-

–A callar todas -ordeno Fakria-

Aposentos de Mahidevran

–Sultana Mahidevran..

–Sultana Mihrimah, quiero pedirle un favor..

–Mahidevran si crees que voy a hablar con el Sultán para que cambie de opinión, estás muy equivocada, lo que has hecho no tiene perdón...

–Sultana, se que lo que hice no tiene perdón, pero ese no es el motivo por la cual la mandé a llamar... Sultana Mihrimah -agarro las manos contrarias- le pido que cuidé de mi hijo, por favor Sultana cuide a mi Selim -rogo-

–Hmm - suspiro - está bien cuidare de Selim.

–Gracias Sultana -sonrio-

–Sultana ya es hora, el carruaje la espera - hablo Sümbül -

Mahidevran se acercó a la cuna de Selim, para agarrar a su hijo y besar su frente para luego draselo a Mihrimah.

–Que Alâh te proteja querido hijo -despues salió con sus ojos llorosos -

Al pasar por el harén vió como Nazenin sonreía mientras cargaba a Bayaceto.
Antes de salir del castillo se encontró con Ibeke.

–Sultana, es una pena que se valla, pero no sé preocupe yo protegere a Selim, seré como una madre para el, y sobre el Sultán me encargaré de que todos sus deseos se hagan realidad -sonrio-

–No sueñes mucho Ibeke, volveré a este lugar y seré muy fuerte, recuerda que soy la esposa legalmente de nuestro Sultán.

–Sera mejor que se valla su carruaje la está esperando, buena suerte sultana -despues de esas palabras Ibeke se fue-