MAR; VELAS Y RECUERDOS

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—¿Y cuando seas mayor, qué quieres ser? —Había dicho el pequeño frente a mí, sus ojos celestes se juntaban al verde del césped que estábamos pisando, una mezcla preciosa que yo no sabía , pero me enamoraría años después.

—Mmmm....¡Veterinaria! ¡No no, mmmm lectora!

—No existe la profesión de lectora, Afri, ¡Oye! ¿Por qué has hecho eso? ¿Acaso eres tonta? ¡Mamá, papá, África me ha dado un bofetón!

Bien, tal vez cuando era pequeña teniendo diez años no era una niña tan normal, pero Cosme me hacía enfadar y yo cedía a sus provocaciones terminando en un castigo por parte de mis padres, como de costumbre. Después el pequeño iba a mi casa junto a sus padres y hacíamos las paces mientras comíamos chocolate con maní, viendo pelis o jugando a las luchas. Cabe decir que yo siempre ganaba todas.

La que no gané fue la de mis dieciséis cuando por primera vez mi corazón pareció desaparecer del mundo de lo rápido que latía.

—¿Qué has dicho?

—¿Realmente quieres que te lo repita? Porque lo puedo hacer una, dos, cuatro o infinitas veces África, te amo, estoy harto de esconder esto que siento desde que teníamos trece. Ya no aguanto más, sé que tú también lo sientes, y si no lo haces, esta bien, pero quiero que sepas que yo lo hago de una manera que ni yo mismo sé explicarlo, solamente, te amo, pero como más que un amigo. Quiero más contigo Frifi.

En ese momento, di un paso al frente, él sabía lo que haría, con todas las agallas del mundo me vi besándolo, claro que él había correspondido a ello, porque me amaba, y yo lo hacía de la misma manera, aunque no supiera expresarse como él, porque Cosme era todo lo que yo en ese momento no era, expresivo, cariñoso, tranquilo, bien, él sí era todo lo contrario a mí. Si hoy me preguntas que éramos, te lo afirmó: Un cliché. Sin embargo, sin final feliz.

Mi primer amor había sido Cosme, mi primer beso y mi primera vez, no obstante, cada vez que estaba con él, parecía que el tiempo se nos iba a acabar rápidamente, o yo lo sentía de esa manera al entender que no nos veríamos tanto después que él tomara la decisión de irse para Madrid sin dudarlo.

Teníamos diecinueve en ese entonces y ser psicólogo para él era más que un sueño, era una meta, supongo que su madre lo había influenciado a querer ser aquello, eso me gustaba de hecho, porque a pesar de todo, el chico de ojos celestes, sabía lo que quería para sí mismo, por mi lado, me quedaría en Málaga, haciendo letras y fotografía, porque en ese momento era lo único que sé me daba bien. Leer, escribir, editar, además de traducir en algunos idiomas los libros que hacía virtualmente. Mientras por otro lado continuaba con la otra carrera.

Vídeo, Amor❤️

Tal vez en ese momento no era tan importante, recordaba que una semana antes de ello, habíamos pelado, porque según él, yo lo traicionaría, claro, supuestamente yo era la que llamaba más la atención, la que todos querían, aún él mismo sabiendo que era todo lo contrario, Cosme, solía ser muy inseguro en nuestra relación, a veces, me preguntaba cómo había llegado a ello después de que yo fuera la "fea" entre los dos, porque así me llamaban por los pasillos cada vez que nos veían juntos y ni siquiera, habíamos asumido algo en ese entonces, mientras los años pasaban, yo ya estaba acostumbrada a esa idea de que en algún momento todo acabaría, no por mi apariencia y sí, por la distancia, porque ambos sabíamos que éramos muy aferrados el uno al otro, eso, solo nos perjudicaba.

Solamente dos meses eran los que habían pasado desde su ida, podría jurar que no me lo haría nunca, no obstante ahí estaba.

Sus labios en los de otra chica relucían en aquel vídeo que él mismo me había mandado, en ese instante no sabía si se estaba burlando de mí, si yo era una idiota por llorar frente a un movil o por simplemente borrar su número, bloquearlo y borrar sin dudar cada uno

TRES VECES CONTIGO[EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora