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Si bien era evidente que la cena fue una excusa para juntarlos, no resultó tal y como lo habian planeado.
La cantidad de gente y anécdotas terminó por aturdir todavía más a Nicolás, que sobrepasado por tanta información tuvo que retirarse de la mesa.
El grupo de amigos no pudo más que verlo alejarse hacia la zona de los baños.

Emi: Yo voy

Emilia lo siguió lo más rápido que pudo interceptandolo antes de que se encerrase en el baño.

Emi: Para. ¿No preferis que vayamos fuera a tomar un poco de aire?
Nico: Lo mejor va a ser que me tome un taxi y me vaya a casa. Mi madre tenía razon, mi cabeza no está lista. Para mi son desconocidos, ¿entendes? Es todo demasiado incómodo. A parte se bajaron casi 3 botellas de vino. Pensé que me haria bien pero evidentemente no

Emi presionó los labios y asintió bajando la mirada.

Nico: Disculpame, no te quiero cagar la noche, de verdad. Seguramente es la primera vez que salis a divertirte desde que te dieron el alta y...
Emi: Lo que pasa es que, aunque no estuvieses acá esta noche, no me podría divertir sabiendo que nuestros años de matrimonio, para vos nunca existieron
Nico: Mira yo...
Emi: Ya sé, no es tu culpa y no te lo estoy recriminando. Trato de explicarte lo que me pasa. Vos me hablaste de tu agujero en los recuerdos, de tu incomodidad. Tengo derecho a contarte también lo que a mi me pasa

Nicolás asintió.
Emilia tomó aire profundamente clavando sus pupilas en las de él y tragó saliva para tratar de aguantar las ganas de llorar.

Emi: Voy a llamar al taxi asi te vas y descansas. Em...voy a buscar mi celular

Se dio vuelta con los ojos ya desbordados de tanto intentar contener las lágrimas. A penas fue capaz de dar 2 pasos. Se volvió bruscamente hacia él y recortó rápidamente la distancia entre ambos para besarlo intensamente.
Nicolás la separó suavemente y la miró en silencio.
El labio de Emilia temblaba compulsivamente y a penas era capaz de verlo con claridad por culpa de las lágrimas.

Nico: Llama al taxi, por favor. Voy a por mi campera

Acto seguido la soltó y se dirigió de nuevo hacia la mesa. Sus brazos se rozaron por un segundo.
Ella se giró hacia él con el corazón a punto de explotar.
Él ni siquiera hizo ademán de girarse.

Totalmente sobrepasada Emilia cubrió su rostro con sus manos y lloró hasta que fue consciente de que todo el mundo la miraba.

Nico: Muchas gracias por la cena. Le dicen ustedes lo del descuento de empleado a quien se lo tengan que decir. Nos vemos. Buenas noches

Nadie tuvo tiempo de reaccionar porque cuando quisieron darse cuenta ya habia salido del restaurante. Justo entonces Emilia llegó hasta la mesa. Agarró su campera y su cartera de malas maneras y con un basto "buenas noches" se despidió de la mesa que quedó totalmente en silencio.

Fuera, Emilia sacó su celular y llamó al taxi sin a penas cruzar la mirada con Nicolás.
Cuando cortó, se cruzó de brazos y se apoyó en la pared.

Emi: No te preocupes. No voy a subir al taxi con vos

Pero él ni siquiera emitió sonido.
7 minutos después el taxi frenaba frente la puerta.

Emi: Buenas noches
Taxista; Buenas noches, ¿Emilia?
Emi: Sí, soy yo

Clavandole la mirada como si fuese una estaca directa en el corazón, abrió la puerta de atrás y le hizo una seña a Nicolás para que subiese.
Pero para su sorpresa, Nicolás la agarró del brazo obligandola a entrar a ella primero. Después entró él y cerró la puerta.
El taxista los miró a través del espejo interior.

Hoy, mañana y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora