El celular vibrando la obligó a abrir los ojos. Le costó entender que no era parte de un sueño. El día de reincorporarse a la vida laboral había llegado.
Sintiendo que el cuerpo le pesaba más que nunca se levantó y se fue directa al baño. Se miró unos segundos en el espejo: estaba horrible.
Dejando escapar un bufido, abrió la canilla de la bañadera esperando que el agua se calentase para darse un baño rápido. Se sacó el remerón y se inclinó para tocar el agua que comenzaba a tener la temperatura perfecta, así que rápidamente se sacó la bombacha y entró en la bañadera.
El agua cayendo sobre su cuerpo la terminó de despertar y de darle el empujón que necesitaba para activar su día. Se dio prisa en enjabonarse y después sacarse el jabón, aún tenia que desayunar, vestirse y plantearse si ir al trabajo en taxi o en transporte público.Emi: Bueno, vamos allá Emilia
Suspira. Agarra la toalla y la envuelve en su cuerpo. Sale de la bañadera y pasa la mano por el cristal empañado para limpiarlo. Busca su peine y comienza a desenredarse el cabello.
Tras dejarse esa parte hecha se dirigió a la habitación para ponerse el uniforme. El silencio que reinaba en la casa le resultaba inquietante, por eso no dejaba de tararear en su mente la melodía de varias canciones que se le pasaban por la cabeza.Mientras tanto, en el living, Nicolás comenzaba a despertarse en ese momento. Estiró su cuerpo algo endolorido por la mala posición y se sentó para desperezarse y bostezar. Se levantó con actitud de zombie y se dirigió a la escalera para subir al baño. A mitad camino, la puerta abierta de la habitación lo tentó a asomarse esperando encontrar a Emilia aún durmiendo, pero lejos de eso, la vio de espaldas a la puerta terminando de acomodarse la tanga. Desde su ángulo de visión se podía ver también, de perfil, su pecho izquierdo, que no tardó en cubrir con el corpiño.
Ajena a su observador indiscreto, Emilia pasó la mano, por primera vez desde que había recibido la noticia del embarazo, por su panza. La idea de que un bebé crecía dentro de ella le parecía demasiado loca. Todavía no notaba nada fuera de lo normal, su panza seguía igual de plana que siempre. Con curiosidad la presionó suavemente.
Nicolás estaba tan hipnotizado por la sensualidad del cuerpo de aquella mujer que no podía moverse de su lugar. De repente sentía muchas ganas de recorrer sus curvas con las manos, y llegar a derrapar si hacia falta.
Tras la breve pausa para inspeccionar su vientre, continuó con su tarea de arreglarse para ir a trabajar. No tenía tiempo para perder.
Deslizó el pantalón negro de sastrería por sus piernas y después se enfundó en su camisa perfectamente blanca. Se acomodó el pelo por fuera y mientras la abrochaba se dio vuelta para encontrarse con Nicolás, que separó los labios como para decir algo, pero realmente no tenía excusa.Emi: Nico
Nico: ¿Salis a algun lado?
Emi; Hoy tengo que volver al trabajo
Nico: Ah...¿pero te sentis bien para volver?
Emi: Mas o menos. Igual si me siento mal le aviso a Federico y me vuelvo, tranquilo. Voy a ir de a poco, no me voy presionar. Estoy segura de que me va a entender y no me va a poner problema
Nico: Y no...Su tono irónico acompañado de un levantamiento de cejas y un gesto de inclinación de cabeza dejaron en claro que no le había gustado ni un poco volver a escuchar hablar de aquel hombre.
Emi: ¿Qué?
Nicolás volvió a mirarla y se cruzó de brazos.
Nico: ¿Qué de qué?
Emi: No sé, vos sabras, noté cierta molestia en tus palabras
Nico: Llamame si te queres volver a casa, no vuelvas con élEmilia no pudo reprimir una sonrisa. Negó con la cabeza a la par que terminaba de abrocharse el último botón y se dirigia hacia la escalera para bajar a la cocina a desayunar. Nicolás seguia sus pasos muy de cerca.

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Hoy, mañana y siempre
FanfictionTras un accidente de auto Nicolás pierde la memoria y no reconoce a su mujer, con la que llevaba poco tiempo casado. A partir de ese momento, la joven tendrá que volver a conquistar su corazón.