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Nicolás fue el primero en despertarse. Estaba un poco ansioso por toda la situación que iba a tener que enfrentar en a penas unas horas. Después de observar unos segundos a Emilia dormir totalmente tranquila, fue a darse un baño rápido.

Volvió a la habitación para terminar de arreglarse antes de bajar a desayunar algo rápido. Emilia seguía durmiendo.
Nico se sentó en el borde de la cama y la movió despacio para no sobresaltarla.

Nico: Dormilona, es hora de despertarse... ¿estas cansadita?

Le acarició el pelo varias veces, pero ella seguía sin abrir los ojos.

Nico: Emi

Se inclinó y besó su cachete, pero tampoco parecía reaccionar a los besos.

Nico: Ah, estás muy cansada

Le besó el cuello varias veces. Emilia comenzó a reir y abrió los ojos

Nico: Ah, ¿te estabas riendo de mi?
Emi: Un poquiiito, así 👌. Es que me gustaba mucho como tratabas de despertarme. Hacía mucho no lo hacías. No te enooojes, estás feo enojado
Nico: Estaba empezando a pensar que te habias muerto
Emi: Que exagerado

Emilia se sentó y le obligó a sonreír sosteniendo las comisuras de sus labios hacia arriba con sus dedos.
Nicolás se rió ante la ocurrencia de ella.

Emi: Listo, así mejor señor gruñón

Se estiró y bostezó.

Emi: ¿Cuánto tiempo tengo para arreglarme?
Nico: 30 minutos
Emi: ¿Tan poco?
Nico: ¿Necesitas mas?
Emi: Depende, si vos preparas el desayuno...
Nico: Estás perdiendo tiempo. Tic tac, tic tac

Emilia le dio un pico rápido, se destapó enérgicamente y corriendo abandonó la habitación para ir al baño.
Nico se mordió el labio inferior y sonrió. Por lo menos aquella mañana se había levantado de buen humor...

Nicolás bajó a la cocina y comenzó a preparar el desayuno un poco por intuición, porque no sabía si a su mujer se le antojaria algo en el último momento.
De repente un grito rompió su momento de paz mientras esperaba a que el café terminase de estar listo: Emilia no tenía toalla.

Nico: Permiso. Su toalla
Emi: Gracias, te amo

Se envolvió agilmente y salió.

Nico: Escuchame, preparé café, te herví agua por si querías té e hice tostadas, ¿está bien así?
Emi: Perfecto, despreocupate

Totalmente desinhibida lo agarró del mentón y le dio varios picos.

Nico: Te despertaste de buen humor. Algo bien hice anoche

Emilia rió mientras se giraba para desenredar su pelo.

Emi: Algo
Nico: ¿No estas nerviosa por lo de hoy?
Emi: Mucho. Muchisimo, pero prefiero hacerme la loca hasta estar delante de la puerta de la casa de tus viejos. Creeme, cuando estemos ahi desearás haberme dejado en casa. ¿Vos? ¿Cómo estás?
Nico: Al borde de llamarlos y decirles que no vamos
Emi: Genial, va a ser un gran día

Nico colocó las manos sobre los hombros de ella y los masajeó.

Nico: Va a salir todo bien. No tardes, se van a enfriar las tostadas y se van a quedar feas

Se separó y se dio media vuelta para irse.

Emi: Espera
Nico: Decime
Emi: ¿Te...vino algo a la cabeza?
Nico: ... No es momento para hablar de eso

Emilia asintió y bajó la cabeza. Cerró la puerta del baño y respiró profundamente apurando su proceso de encremado.

En la cocina, Nico la esperaba ya sentado con su taza de café en la mano.

Hoy, mañana y siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora