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ᑕᗩᑭÍTᑌᒪO 93

 

“Aiyo, ¿por qué estás aquí otra vez? Ya dije que mi tienda no acepta gangas. Esta pistola cuesta 500.000. Ni un centavo menos”. El jefe agitó su mano para ahuyentarlo.

Un rastro de ira apareció en los hermosos ojos de esa persona. Apretó los dientes y miró a Shi Man. Levantó la mano y golpeó una tarjeta bancaria en el mostrador. "Desliza la tarjeta. ¡Debo tenerlo!"

"¿Ahorraste suficiente dinero tan rápido?" El jefe pasó la tarjeta con incredulidad y le devolvió la tarjeta bancaria sin poder hacer nada. “Joven maestro, deja de jugar conmigo. ¡No hay suficiente dinero en su tarjeta!”

"¿Cómo es eso posible? Claramente ahorré lo suficiente”. Recuperó la tarjeta y sacó su teléfono para comprobar su saldo. Cuando vio que faltaban unos miles de dólares, se puso furioso. “¡Esa pequeña perra robó mi tarjeta otra vez!”

La paciencia del jefe se agotó. No quería retrasar más su negocio por su culpa. Rápidamente lo empujó fuera de la tienda. “Si realmente te gustan las armas, compra algunas baratas. Son suficientes para ti. Mira los bienes afuera. Todos son más baratos que eso”.

"¡Quiero eso!" El hombre pasó corriendo junto al jefe y gritó: “Niña, ¿puedes comprar algo más? Guárdame esto."

Shi Man levantó las cejas y evaluó la otra anomalía en el mercado negro. Sostuvo el arma en su mano y la amartilló. El hocico negro apuntaba a la cabeza del hombre, y los dragones dorados eran vívidos en su mano. "¿Qué tal si te lo doy si tomas un trago de mí?"

“Aiyo, eso no funcionará. Dejar de perder el tiempo. No puedes apuntar esto a la gente”. El jefe estaba tan asustado que su rostro palideció. Inmediatamente se adelantó para arrebatarle el arma de la mano a Shi Man.

Sean frunció el ceño y detuvo su brazo. Lo agarró y lo empujó contra la puerta. Dijo con saña: "No interfieras en los asuntos de mi maestro".

El hombre fue apuntado con un arma e instantáneamente perdió su alegría. Sus labios temblaban nerviosamente, pero aun así tragó saliva y suplicó: “Hablemos con calma. ¿Por qué no cambiamos nuestras condiciones?”

Shi Man retrajo lentamente su pistola y apuntó al objetivo en el costado. Luego, colocó la pistola en la bandeja a un lado y preguntó con una sonrisa: “De hecho, es una buena arma. Dime, ¿cuáles son tus condiciones?"

"Bueno, soy bastante guapo". Al verla dejar la pistola, el hombre inmediatamente se volvió más audaz y fue a su lado para promocionarse. "¿Por qué no juego contigo después de que salgamos de aquí?"

"¿Eso es todo?" Shi Man levantó las cejas y no se movió. Sin embargo, tenía una pregunta que necesitaba ser verificada. De repente preguntó sin cambiar su expresión: "¿Cómo te llamas?"

El hombre pensó que ella estaba interesada y rápidamente metió su tarjeta de presentación en su mano. “Jiang Sheng, ¿cómo es? ¿Quieres salir a tomar una taza de café y charlar?"

"Je". Shi Man se burló y volvió a poner la tarjeta de presentación en su mano. Ella se paró con arrogancia en los escalones y lo miró. "No hay necesidad. Nos volveremos a encontrar en el futuro.”

Ella dijo algo sin quererlo. A ella no le importaba si él entendía o no. Regresó a la tienda y eligió un lote de pistolas y otras armas adecuadas para entrenar a sus hombres en Immaculate. Ella llenó una caja enorme.

El jefe contó con una sonrisa. Fue un total de 5,33 millones de dólares.

Shi Man ni siquiera se detuvo. Metió la mano en su bolso, sacó su tarjeta bancaria y se la entregó.

Pasó su tarjeta, pagó la cuenta y se fue.

Shi Man nunca volvió a mirar a Jiang Sheng. No fue hasta que salieron del mercado negro que Sean preguntó con recelo: “¿No te gusta esa pistola? Pensé que no se lo darías a otros."

"Es solo una pistola". Shi Man no dijo mucho. Le pidió a Sean que llevara las cosas a la base mientras tomaba un taxi de regreso a la familia Shi.

Por la noche, Shi Man fue a buscar a Yi Zheng como de costumbre. Sacó las agujas de plata que habían sido aplicadas a otras hierbas y las insertó con decisión en sus puntos de acupuntura.

"Si no hubiera sabido que estabas aquí para tratarme, habría pensado que estabas aquí para matarme".(ᥱ: ᥱsᥲs s᥆ᥒ ᥴ᥆sᥲs ძі𝖿ᥱrᥱᥒ𝗍ᥱs)

Yi Zheng conversó con ella con indiferencia. Ahora, estaba cada vez más interesado en el secreto de Shi Man. Cuando la vio, cierta parte de su corazón todavía latía con entusiasmo.

"Realmente quiero apuñalarte hasta la muerte y tomar tu poder para mí". Mientras Shi Man lo miraba sin expresión, la intención asesina en sus ojos no estaba disimulada.

Yi Zheng sonrió divertido. De repente, no se conformó con mirarla a través de la máscara. Extendió la mano detrás de su cabeza para desabrochar las correas de la máscara.

Sin embargo, Shi Man aumentó la presión sobre su mano antes de que pudiera tocarla. Ella golpeó su brazo con la otra mano y se burló. "Eres tan curioso. Tenga cuidado de no poder desintoxicarse del veneno del calor por el resto de su vida."

"Eres despiadada". Yi Zheng soportó el dolor en el pecho y retiró la mano avergonzado.

Ella había sido despiadada en este momento. Si fuera cualquier otra persona, se habrían lamentado durante mucho tiempo y suplicado clemencia. Sin embargo, Yi Zheng había sido torturado por el veneno del calor durante todo el año y tenía mejor resistencia que otros. Sin embargo, no pudo evitar gruñir. Su voz baja y magnética parecía muy ambigua en la fábrica vacía.

"Que toma uno para conocer uno." Shi Man se hizo a un lado sin expresión, en caso de que de repente quisiera quitarle la máscara nuevamente.

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°Erinnee°