Day 6: Music.

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Mista sabía que Giorno tenía muchos talentos, y había quedado más que demostrado que el chico de rubios cabellos poseía un gran número de habilidades y conocimientos sobre diversos temas, pero aun así y luego de conocerle durante un par de años, le seguían sorprendiendo algunas cosas de él.

— ¿Ocurre algo, Mista? — Giorno le preguntó al notar la insistente mirada del chico sobre él.

Los ojos oscuros de Guido Mista admiraban a Giorno Giovanna y la forma en la que se conducía a la perfección sobre el elegante y fino piano de su sala de estar. Incluso cuando desvió su atención hacia él, el chico continuó presionando las teclas, sorprendiéndole aún más.

— Eres asombroso —.

La forma tan casual en la que soltó aquello habría sorprendido al rubio de no conocer al chico desde hacía un par de años, pues sabía que podía ser impredecible. El fantasma que se asomaba desde una tortuga pensó lo mismo.

— ¿A qué viene eso? —.

— Es que... Eres realmente asombro ¿Sabes? —.

— Gracias, pero sigo sin comprender muy bien a qué te refieres — Mentiría si dijera que no se sentía halagado cada vez que el pistolero le elogiaba de alguna manera, después de todo su relación ya no era la misma que tiempo atrás.

Siempre es gratificante que tu pareja te halague de alguna forma.

— Puedes hacer muchas cosas, eres inteligente y tienes talento artístico — Respondió Mista con calma, como si estuviese hablando consigo mismo o tal vez era que estaba completamente seguro de lo que decía. — Incluso puedes tocar instrumentos musicales —.

Giorno sonrió un poco, enternecido por su expresión pues podía ver la sinceridad en sus palabras.

— Tocas el piano como todo un experto — Concluyó el pistolero, cruzándose de brazos y asintiendo seriamente.

— Yo no diría que tengo el nivel de un experto, pero muchas gracias, es grato saber que te gusta mi forma de tocar — Dijo con calma, sin borrar aquella pequeña y discreta sonrisa.

— ¡Lo eres! ¡Tienes mucho talento! — Expresó levantando la voz y expresando emoción en su rostro. — No solo con el piano ¡También tocas el violín y el clarinete! ¡Eres en verdad talentoso! —.

Giorno le miraba con aquella expresión de alegría, mientras el fantasma sonreía y reía un poco.

— Muchas gracias — Giorno no sabía qué más decir, estaba seguro de que si seguía insistiendo en que sus habilidades no eran tan grandiosas, su amante seguiría insistiendo en que lo eran y así no llegarían a nada.

Mista se mostró complacido por no recibir replica alguna. Creía desde el fondo de su corazón que su amante era muy talentoso y que incluso podría ser profesional.

Cualquiera pensaría que teniendo de pareja a alguien tan talentoso y habilidoso como Giorno, Mista podría desarrollar un complejo de inferioridad y sentir que quizás no estaba ofreciendo lo suficiente para estar con alguien como él, pero ese no era el caso. Mista se enorgullecía de cada una de las habilidades de Giorno y las admiraba desde primera fila.

Ser admirador de Giorno era muy entretenido, ya que siempre se descubría algo nuevo por lo cual admirarlo. Y habían pasado 4 años desde que se conocieron y aún había cosas que Mista descubría sobre él. Hacía ya un año que descubrió que podía tocar algunos instrumentos y que era muy bueno en ellos, pero recién se daba cuenta de lo verdaderamente talentoso que era.

Giorno mostró tener un interés particular por la música sobre los demás temas que dominaba y mostró más interés por el piano al grado de que consiguieron uno para su hogar y se dedicaba a tocarlo por las noches cuando el trabajo del día resultó no ser extenso y les permitió descansar.

Mista solía escucharle desde la cocina mientras preparaba la cena, pero en algunas ocasiones dejaba aquello de lado y se postraba en la sala para escucharle. De alguna manera observar a Giorno mientras tocaba, se había convertido en una de sus actividades favoritas.

Por supuesto Giorno se daba cuenta de ello. La mirada de su pareja no era discreta.

— ¿Te gustaría intentarlo? —.

— ¿Ah? ¿Yo? — Mista se señaló a sí mismo, incrédulo de que en verdad se lo estuviese proponiendo a él.

— Por supuesto, dudo que el señor Polnareff pueda hacerlo — Comentó bromeando un poco.

— Lo siento, incluso si no estuviera en este estado, hace años me di cuenta que no sirvo para la música — Respondió el fantasma. La tortuga descansaba sobre uno de los sofás, permitiéndole presenciar todo.

— Ya lo escuchaste ¿Entonces qué dices? —.

Mista recibió los ojos azules de Giorno sobre su persona y aunque no estaba seguro no podía resistirse a ellos, así que se levantó y se acercó al piano. Su pareja se hizo a un lado sobre el banquillo para hacerle espacio y tomó asiento quedando prácticamente hombro con hombro.

— ¿Y qué tengo que hacer? — Preguntó un poco nervioso.

— ¿Sabes leer partituras? —.

— N-No —.

— Bien, entonces sígueme — Dijo en un tono tranquilo y consolador. Tomó una de sus manos y la guió hacia una de las teclas, luego se estiró para tomar la otra y acomodarla también. — Vas a presionar primero con la izquierda y luego con la derecha cuando te lo indique ¿De acuerdo? —.

— S-Sí... —.

Giovanna acomodó sus propias manos sobre otras teclas, lo cual fue un poco complicado y casi les hace quedar enredados.

— Bien, lo harás después de que yo toque con la izquierda ¿Entendido? —.

Mista asintió. Los nervios eran perceptibles en su rostro.

— Aquí vamos —.

Giorno tocó las teclas bajo su mano derecha y luego sobre la izquierda en una perfecta sincronía, pero cuando fue turno de Mista, éste terminó haciéndolo con ambos manos a la vez y su acomodo de dedos fue tan malo que terminó tecleando las teclas de al lado también.

— ¡¿Ah?! — Exclamó exaltado por su pésimo resultado. — ¡¿Qué fue lo que hice?! —.

Pudo ser por su error o por la reacción de su pareja, pero Giorno Giovanna soltó una carcajada seguida de una sinfonía de risas, una muy poco común de ver.

Aquel sonido melodioso distrajo a Guido de su error y le hizo admirarle de inmediato. Una vez que sus ojos fueron capturados por el rostro sonriente y alegre de su pareja, el resto de sus sentidos le siguió y fue imposible liberarse.

Mista se dio cuenta de que aunque las melodías que Giorno tocaba en aquel piano eran hermosas, su sinfonía favorita era la risa de ese chico.







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Penúltimo OS, ya estamos en la recta final!
Muchas gracias a todos por leer nwn

GioMis Week 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora