Tus Manos En Mí (cap 4)

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Llevaba una camisa blanca de Vans, pantalón negro y tenis negros con plataforma, sentí como si mi garganta tuviera un nudo, verlo caminar hacia mi mientras acomodabas sus rizos me hizo temblar y me puse nerviosa, en ese instante perdí la percepción de la realidad, todo parecía un sueño y no podía distinguir bien las cosas de lo nerviosa que estaba.

Mi cabeza solo decía "¿De verdad está pasando esto?".

-Hola!-

Levantó su mano a la distancia para saludarme y sonrió, para ser sincera creo que tarde más de lo normal en contestar su saludo, e inmediatamente me dí cuenta de su estatura, no estaba tan alto como parecía, de echo me ganaba con unos cuantos centímetros, me pareció lindo.

-Hola...!-
-¿Quieres entrar a Bershka?-
-Mm... Si claro -

Al entrar me mostro el lugar donde se encontraba una camisa blanca que le quería robar, pude haberla comprado pero decidí no hacerla por miedo a qué le incomodara saber que teníamos la misma camisa, seguimos viendo ropa y encontramos unas sudadera de doble cierre color negra, estaba increíble y se veía muy lindo, me hubieras encantado que la comprara para poder robarsela algún día.

Después de eso caminamos un rato y fué cuando empezó a oscurecer, dimos una vuelta por la plaza y terminamos sentados al lado de una cascada artificial que se encontraba en las escaleras... Antes de eso..., Recuerdo la sensación en mi cuerpo y la atención que ponía al ver sus movimientos, al verlo caminar a mi lado, sonreír y voltear, saludaba a las personas con naturalidad y era muy simpático, nisiquiera me había dado cuenta que el dolor de mi estómago simplemente ya no estaba.

Al estar platicando un poco sobre como las personas creen que por su tipo de contenido tiene que ser de cierta forma dominante, y eso es muy cierto, la mayoría cree eso, nos reímos porque ambos sabíamos que el se comportaba como un niño, risueño, tierno, dulce, humilde, de verdad era increíble verlo saludar a las personas con tanta facilidad y naturalidad, muy relajado y empático, eso me atrapó por completo.

Mientras estábamos sentados mi piel se puso chinita al ver y sentir como poco a poco se acercaba más a mi, movía sus manos de forma que me hacía entender que quería tocar mis piernas, no paso mucho cuando las sentí. Sentir sus manos rodando y acariciando mis muslos, eso me impedía poner algo de atención a lo que decía, me ponía nerviosa y no estaba segura de que intención tenía, sentía algo que me hacía vibrar cada que las llenas de sus dedos tocaban mi piel, simplemente no sabía que hacer.

-¿Porqué decidiste hablarme?-
-Algo me dijo que tenía que decirte lo de ese perfil, no sabía si contestarias pero, no perdía nada diciéndotelo-
-Me gustaron muchas cosas de tí, principalmente el echo de que seas directa. Dime... ¿Que quieres de mí?-

Me quedé congelada al escuchar eso, no sabía con exactitud la forma en la que lo decía, podía interpretarse de muchas formas y eso me puso tan nerviosa que volví a tragar saliva.

-Vi la forma en la que me mirabas, observabas mis movimientos y mis manos, veías mis labios y con frecuencia mordias un poco los tuyos. Quiero que seas directa ahora-

Sentí los latidos de mi corazón aumentando y mi mejillas hirviendo, tú mano apretó con fuerza mi muslo y dejé escapar un suspiro de placer, muy ligero, en cuanto me di cuenta puse mi mano en mi boca y me reí nerviosamente.

-JAJAJA... Aún no entiendo porque dicen que soy dominante, si lo fuera.. haría esto -

Se puso de pie frente a mí, abrió mis piernas para acercarse más y me miró a los ojos. Sentí su mano rodeando mi cuello con fuerza mientras me acercaba hacia el, sin darme cuenta sus labios ya tocaban los míos, estaba totalmente congelada con los ojos abiertos, no podía tan siquiera moverme, mi pecho se aceleró y mis manos solo se apoyaban en la escalera intentando moverse aunque no reaccionaban, mi piel se erizó, sentí como mi entre pierna se apretó cuando su mano se deslizo por mi pecho lentamente hasta llegar a mi abdomen para al fin despegarla de mi cuerpo.

Sentia mis mejillas arder, no sabía que pasaba por mi mente en ese momento y su voz me volvió a la realidad.

-¿Quieres hacer algo... Arriesgado? -

A las palabras les costaba salir de mi boca.

-S...s...si...-
-Ven, sígueme -

Tomó mi mano , me puso de pie y entre risas traviesas bajamos al estacionamiento, cada pasó se sentía como si fuera a caer al suelo, mis piernas temblaban y sentía algo que me causaba mucho placer. Llegamos a un lugar con puertas grandes, a donde solo podía entrar el personal de la tienda, eso lo incluye a el

La vió por un momento, volteó a verme y dijo:

-lo mejor de trabajar en este lugar, es que sabes algunas cosas, por ejemplo...-

Abrió la puerta sin ningún esfuerzo ni llave.

-Que esta puerta siempre está abierta -

Mi mente estaba en blanco completamente y simplemente entré, era un cuarto grande, completamente cuadrado, había una mesa y cosas que no servían de nada, un poco de polvo y mucha luz.

-¿Aquí está bien?-
-Si-

Me apoyé sobre la mesa y observé con atención sus movimientos.. dejó su mochila en la mesa y fué acercando su cuerpo y rostro hacía mí, sentí una de sus manos subir desde mis rodillas hasta mis caderas y de la cadera subía acariciando mi abdomen y pecho, poco a poco hasta llegar a mis rostro. Sus dedos lentamente entraban a mi boca mientras su otra mano apretaba mis muslos, con un movimiento brusco me levantó y sentó por completo en aquella mesa, su mano se movió a mi cintura, mientras que la otra.. terminó detrás de mi cuello provocando que el me empujara hacia sus labios con rapidez y fuerza.

¿Qué estaba a punto de pasar?, Sentía como mis piernas se contraían y me humedecía cada vez más, tanto que involuntariamente mi cuerpo comenzó a moverse y enredé su cuerpo al mío, permitiendo que cada uno sintiera lo que provocabamos en el cuerpo del otro, mis manos terminaron bajo su camisa y podía sentir su espalda con las palmas de mis manos mientras sus labios bajaban a mi cuello mientras suspiraba provocando uno de mis gemidos y marcas en su espalda.

El primer chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora