Sospechas

IX

Izuku no podía conciliar el sueño, se sentía un poco culpable por haber salido tan abrupto de la cocina.

—Debí mantener la calma, ¿ahora que pensara Kyo de mi?—susurro para si mismo mientras volvía a darse vuelta por milésima vez, cubriéndose más con la sábana , en busca d de una posición adecuada para poder dormir,pero viendo, después de varios minutos e intentos que no funcionaba, se sentó en su cama, —mejor me disculpó,—dicho esto salió de su cama, en busca de su invitado.

Izuku no había notado que una fina lluvia había comenzado a golpear el techo, tembló un poco por la ráfaga fría que se coloca por la ventana abierta y se abrazo así mismo para entrar en calor, la luz de la cocina aún estaba encendida, los platos ya estaban lavados y colocados perfectamente.

—Kyo-san, debió irse a dormir ya—asumio el peliverde al no encontrar al rubio en la cocina.

Izuku se aproximó a la ventana para cerrarla y ver caer las gotas de lluvia, a decir verdad la lluvia le traía viejos recuerdos de su amado, el rubio ceniza siempre odio la lluvia, cada vez que llovía Izuku se ponía melancólico, en ocasiones, lloraba abrazado a aquel recuerdo hasta quedar dormido, Kacchan siempre estaba dispuesto a soportar la odiada lluvia por  él.

En ocasiones, solía esperarlo en la estación de tren, siempre que el peliverde tenía que ir a patrullar o a asistir a la comisión de héroes, tenían está pequeña costumbre esperarse mutuamente en aquella vieja estación.

El rubio siempre lo esperaba con un paraguas transparente , pero Kacchan siempre terminaba con un hombro empapado,pues solía abrazar al nerd atrayendolo hacía él para que esté no se mojara,Izuku solia quejarse pero el rubio solía decir; "callate pecas, no dejaré que está estúpida lluvia te moleste".

Desde la estación del tren se iban rumbo a su casa. De camino solían disfrutar un poco las luces de la ciudad, que parecían luciérnagas de muchos colores por el efecto de la lluvia.

Después de la muerte del rubio ya no hubo quien esperara al peliverde.

El peliverde trato de huir de sus sentimientos por lo que se negó a guardar tres días de luto, siguió patrullando, Izuku sabía que así lo hubiera querido el rubio, por una vez quería ser egoísta consigo mismo y no permitirse sentir, negandoce a aceptar lo que había pasado en su vida.

La primera vez desde lo ocurrido,que llegó a la estación, un nudo enorme se hizo en su garganta al notar que ya no había nadie que lo esperara, aguantando las ganas de llorar ahí mismo salió corriendo, paradójicamente bajo una fina lluvia que parecía querer borrar su tristeza.

Por aquella fecha estaban en el mes más caluroso del año.

Izuku se propuso ser fuerte,ahora en vez de llorar solo  suspiraba con cada repiqueteo del agua.

Izuku sorbió su nariz , y se limpio las lágrimas que amenazaban con salir de nuevo.

Dándose por vencido, apartó la mirada para dejar escapar una o dos lágrimas, y cuando regreso la mirada que aún tenía rastros acuosos, se sorprendió por lo que vio.

Parado en medio de la lluvia estaba Kyo, recibiéndola como si de rayos solares se tratase, Izuku limpio el resto de lágrimas, pensó que había visto mal pero no, efectivamente el chico rubio estaba parado bajo la lluvia, estaba de espaldas a la casa, parecía melancólico por su postura corporal, parecía como si tuviese un gran peso encima.

Izuku se iba a retirar para no molestarlo más pero el chico se dio la vuelta, si no fuera por la lluvia Izuku juraría que el chico rubio estaba llorando bajo la lluvia, el peliverde no lo culpa no era para menos todo lo que había pasado.