⚠️ TW: Temas delicados ⚠️
Recorría los gigantescos libreros que había en la parte de atrás, pasando las yemas de sus dedos por el título de cada libro. Buscaba alguno que tuviese otra tesis que no fuera acerca de la Armada Roja, por estúpido que sonara; no tenía intenciones de derrocarlos, no le importaba, solo quería salir de ahí o, en su defecto, volver a su cuarto blanco infierno.
Se encontró con un espacio vacío muy grande, probablemente lo suficiente para meter ahí una pequeña cantina. Además, no había nada ahí, ni siquiera una planta; solo los rayos del Sol que se iba escondiendo, escapando de la oscuridad que caería en unos minutos.
—Las hojas están cayendo.. Ya es otoño.
Desde la ventana, observaba a los árboles perder su follaje con lentitud, y siendo ahora de un color café o anaranjado cuando él los recordaba verdes. Suponía entonces que debía ser por ahí de septiembre u octubre, tal vez finales de agosto; de lo único que estaba seguro es que todavía no estaban cerca de invierno, pues el cielo todavía se veía cálido a pesar del viento que había.
Estuvo entretenido admirando el paisaje lo suficiente para ignorar la presencia del líder rojo en la habitación, quien lo observaba de la misma manera en que Thomas veía a los árboles. No se movía, no hablaba, ni siquiera su respiración se escuchaba; solo pensaba en el futuro que esperaba.
—No te desgastes, estamos en octubre.
El británico se volteó en dirección al nórdico, y su gesto cambio de calmado a tenso. Volvió a su atardecer casi completo y recargó su rostro en su mano, ciertamente disgustado.
—Sabía que tenías que ver.
—Me conoces muy bien— Se acercó a él a paso tardo, con sus manos guardadas en sus bolsillos. —¿Recuerdas cuando teníamos 20?
—Tú tenías 22.
—Detalles. ¿Lo recuerdas?
—Desgraciadamente.
—¿Recuerdas cuándo dijiste que mi cabello se parecía a las hojas en otoño?
—Porque siempre ha estado hecho un asco, esta quebrado y dañado.
—¿Y recuerdas cuándo decías que querías ver todos los amaneceres y atardeceres a mí lado?
—Carajo, ya cállate. Estaba enfermo en esa época de tanto humo que había en la casa por tú culpa.
—Sí, siempre te quejabas de que olía a cigarrillo.
—Y más ahora que nunca, aléjate.
Lo podía sentir detrás, y había algo en su pecho que parecía querer advertirle de un peligro. Se enderezó casi de manera mecánica, y al voltearse, se encontró con el escandinavo a milimetros de su persona.
—Espacio personal, commie. ¿Sabes lo que es eso?
—No, porque parece que tú tampoco sabes quién soy yo.
—Claro que lo sé; un pervertido fascista y adicto al hentai que compra más cigarros que botellas de agua en el día.
—Ya estás muy grandecito para seguir faltando el respeto a la autoridad, Tommie— Sentía sus respiraciones chocar, y en sus miradas había una lucha de odio. —Cumpliste 36 este verano, ya deberías madurar.
—Un manco no me va a venir a decir qué hacer.
En cuánto menos lo espero, estaba en el suelo con la mejilla roja y una herida en el interior de su boca, pero sonriente. Su comentario había llegado a la vulnerabilidad del escandinavo.
ESTÁS LEYENDO
𝑰𝒏𝒄𝒖𝒃𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝟕𝑯𝟎𝑴𝟒𝟓.
General FictionHan pasado años desde aquel incidente con el robot gigante, y los 3 chicos ya no son como les gustaría. No sólo hablando en cuanto al físico, sino también a sus actitudes como consecuencia al trauma. Thomas no ha sabido nada de Edd y Matt desde hace...