Violenza Doméstica

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- 19 de Diciembre, 1948

Estoy molesta, llevo más de cinco días sin ver al Dr., desde la última vez que nos vimos no he podido salir, ni él tampoco ha venido tan siquiera. No me gusta salir a buscarlo, no me gusta que él sienta que lo estoy molestando. Pero ya no soporto estar varios días sin verlo, así que hoy iré a verlo a su casa. Me enteré que en el pueblo andan diciendo que ya atraparon al asesino que tanto miedo nos daba, así que no creo tener ningún problema para poder salir a la calle. Espero tener suerte.


Me fui a almorzar a la cocina y ahí estaba mi madre esperándome. Empezamos a platicar como siempre y le dije que saldría un rato al pueblo, porque estaba un poco aburrida, aunque eso no fuera cierto.

-¿Y a qué hora vas a regresar?

-No sé. Quizá casi al anochecer, no creo tardar tanto. Necesito sentir algo de aire fresco en mi cara, ¿no crees?

-Ya supe que atraparon al supuesto asesino, aunque unos dicen que es un farsante. Pero me siento más tranquila, así que por favor, no regreses tan tarde.

-Está bien madre, no te preocupes.

Me preparé para salir. Iba caminando en el pueblo y había carteles pegados en las paredes de los edificios, donde decía que se le daría una recompensa al que encontrara al verdadero asesino, ya que el que habían detenido era sólo un farsante. Al leer eso me asusté, pues ya no estaba tan segura al saber que ese asesino aún seguía suelto, en algún lugar. Me apresuré y llegué rápidamente a la casa del Dr. Toqué la puerta varias veces y nadie contestaba, nadie salía a abrir.

Después de estar ya un rato esperando a que alguien me abriera me senté en las escaleras que se encontraban en la entrada, al mirar de reojo me di cuenta que había una llave colgada en la planta que estaba alado de la puerta. La agarré e intenté abrir la puerta, tuve éxito. No había nadie en el recibidor, siempre había alguien ahí pero estaba vacío. Seguí caminando hasta llegar a la sala, estaba vacía también. Era algo extraño, pero seguí en mi búsqueda por encontrar a alguien. Me acerqué a la habitación donde ensayaban. A lo lejos se escuchaba[1] que alguien afilaba unos cuchillos. Y se escuchaba algo de música también, de hecho, parecía que estaban en un ensayo normal. La puerta estaba algo entre abierta, y yo no quería molestar a nadie, así que para no parecer imprudente me quedé detrás de la puerta para admirar otro de sus ensayos, como siempre lo hacía, pero me sorprendí al ver que sus músicos tenían una cara enojada, no estaban tan felices y a gusto como siempre, sus gestos me daban a entender que querían dejar de tocar pero no podían, parecían marionetas. Algo no andaba bien. Mientras tanto el Dr. decía algo en italiano, apenas podía entender lo que hablaba...

-Cattivo come adesso non lo sono stato mai. Cattivo come adesso non lo sono stato mai.(Enojado como ahora, nunca he estado antes. Enojado como ahora, nunca he estado antes.)

La música se me hacía algo estúpida, no tenía alguna estructura coherente. Él estaba sentado enfrente del piano, mientras fumaba un cigarrillo, tocaba y empezaba a hablar de nuevo:

-Ti faro' male in posti che nessuno potra' mai vedere... ¡NESSUNO! ¡In posti che ti faranno male per il resto della tua vita!(Te dolerá en lugares que nadie va a ver... ¡NADIE! ¡En los lugares que te harán daño para el resto de su vida!).

Le dijo a alguien que estaba en una silla. Se escuchaba muy enojado, nunca lo había visto tan molesto. ¿Por qué estaba ahí esa persona? Tenía sus manos amarradas y sus pies también, con un trapo en la boca. Sus músicos le decían:

-"¿Perche'?"(¿Por qué?)

-"Ma ¿perche'?, ¿perche fai cosi'?" (Pero, ¿por qué? ¿Por qué estás haciendo esto?)

Sólo quiero tu voz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora