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Pov. Takashi

No tenía ni idea de que decirle, ya me estaba sobrepasando la culpa y la necesidad de calmar mi conciencia intranquila. Se que lo más probable es que me mande al carajo. Pero en el mínimo caso de que él acceda a escucharme, tendré que prepararme y ordenar mis ideas para que sea, al menos, lo menos incómodo para que no sea peor de lo que ya es lo es nuestra extraña relación de ignorarnos día a día.

***

Okey, ya es hora de planear mis palabras, debo hacerlo con cuidado o lo voy a echar a perder, mañana le pediré que nos reunamos en un pequeño parque que no visitaban muchas personas.
Vi en Internet que una de las mejores maneras de organizar ideas o ayudar a expresarse mejor, era escribirlo. Así que eso hice. 

Escribía y escribía, pero no había nada que me terminara por convencer, nada era lo suficientemente bueno. Luego de una cantidad considerable de bolitas de papel en el suelo de mi habitación, por fin, logré plasmar en el papel algo medianamente bueno, aunque solo hayan sido las primeras palabras, logré quitarme el bloqueo mental que me impedía dejar salir todo lo que le quisiera decir a él. Necesite algo de ayuda para avanzar más como quería, así que empecé a tomar algunas de las hojas del piso, destaqué las palabras que ma parecían más adecuadas para completar las frases cuando no encontraba la que me pareciera correcta.

Y así seguí, hasta que mis ojos ya se caían del cansancio, releí por última vez mi obra final, no me parecía tan mal, pero no me dejaba conforme, en el momento lo mejorare dejando salir lo que me surja en el acto, por ahora solo lo repasaré para memorizar la mayor parte, ya que, por fin podre quitarme esta carga que lleva conmigo tanto tiempo.
Maldita sea, ya son las tres.

***

— ¡Takashi, levántate ya o llegarás tarde! — La escuche alzar la voz para que la escuchara.

Reviso la hora y casi no logro evitar un golpe en la cabeza, luego de levantarme del piso, me cambié de ropa lo más rápido que pude hacia el colegio. Estaba muy soñoliento aún, me costaba concentrarme en el camino. En el trayecto me encontré con la persona en la que estuve pensando gran parte de la noche. Traté de espabilar un poco y tratar de entablar aunque sea un pequeño intercambio de palabras.

No salió tan así.

Choque con un poste por culpa de algo con lo que me tropecé, pase la vergüenza de que alguien más me viera, pero alcance a oírlo reírse, de mi, pero, una risa, una que no oía hace años, y vaya que la extrañaba.

Luego siguió avanzando tratando de aguantar las carcajadas, alcanzaba a oír las pequeñas risitas que se le escapaban, se calmó un poco después y ya no escuchaba ningún sonido de su parte. Seguí todo el camino unos cuantos pasos más atrás para que

Llegamos a la escuela, pensaba en la mejor manera de preguntarle si aceptaría escuchar lo que quiero decirle. Él no va a querer oírme en persona, eso lo tengo más que claro, pero como me podría comunicar con él sin que me mande directamente al carajo, obviamente sería por mensaje, pero no conozco sus redes. Pase todo el día buscando una respuesta. En eso, el universo se apiadó de mi, y me apareció una foto con dos personas que ya había visto antes; los chicos con los que estaba Miya ésa vez, seguramente también lo siguen si es que tiene una cuenta. En su perfil seguía a muchos patinadores famosos y algunos cantantes actuales, también algunas cuentas de artistas y otras donde enseñaban algunos bailes, conocía algunas solamente. Hasta que vi unas cuentas en especial, solo una era privada y deduje que esa era de Miya.

Ya parecía Stalker.

Pero ya tenía como comunicarme.

Ahora, como le empiezo a hablar. Cuando por fin se me ocurrió que escribirle me di cuenta que me había aceptado la solicitud y aproveché que estaba conectado; como pensaba cortante pero lo vio, un avance. Decidí dormir una pequeña siesta para luego irlo a buscar.

otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora